Una parte de las partículas contaminantes del enorme incendio de Londres atravesó ayer el noroeste de Francia y se extenderá al menos hasta España y podría llegar hasta Cantabria, según comunicó un portavoz de los servicios meteorológicos franceses, Mètéo France. Al parecer, una parte de las emisiones que por efecto del calor había subido a una altura de 1.000 metros, se desplazó hacia el sur y había llegado a las costas francesas de Normandía.
Mientras tanto, ciento veinte bomberos iniciaron hacia las ocho de la mañana de ayer las tareas de extinción del fuego en los depósitos de combustible de la zona industrial de Buncefield, en el noroeste de Londres, donde el domingo e desató el mayor incidente de este tipo en Europa en tiempos de paz.
En la tarde, el fuego estaba controlado en 12 de los 20 depósitos que ardían desde la víspera, pero hacia las cuatro, los bomberos detuvieron su tarea. Un depósito que aún no ha ardido tenía signos de fractura y no se conocía con exactitud la volatilidad del combustible allí almacenado.
Roy Wilsher, el jefe comarcal del cuerpo de bomberos, que coordina la operación, dijo: «No queremos correr el riesgo de añadir una tragedia humana al desastre medioambiental que ya tenemos».
Sin embargo, los científicos consultados por los medios británicos no ofrecen un pronóstico muy pesimista sobre las consecuencias del incendio y de la extensión de una gran nube de humo para la población que ha sido afectada.
El cierre de setenta colegios en la región ofrecía un signo de posible alarma entre las autoridades. Pero se considera que los principales problemas que puede causar la toxicidad serían respiratorios. Afectarían especialmente a personas que ya padecen algún trastorno, como el asma.
Pero los hospitales de la zona están trabajando con normalidad y si la nube fuese a causar grandes daños humanos ya se habría advertido un aumento notable de pacientes. A partir del primer día, dicen los expertos, las cosas solo pueden mejorar.
Un problema técnico
La policía descarta que el incidente tenga otra causa que no sea un problema técnico. Se dice que en el momento de la primera explosión se estaban realizando labores de mantenimiento en el lugar de origen de la explosión.
Y además, la terminal de almacenamiento de combustibles de Hemel Hamspted forma parte de una red de instalaciones estratégicas que también es supervisada constantemente desde instalaciones exteriores al propio parque industrial. Los expertos afirman, de nuevo, que, aunque no sea posible aún detallar las razones del incendio -el Gobierno ya anunció ayer que serán objeto de análisis en una investigación-, existe certeza para descartar un detonante voluntario. Los focos del incendio se sofocaron mediante un operativo consistente en el bombeo de 32.000 litros de agua mezclada con espuma a presión.
Una parte de las partículas contaminantes del enorme incendio atravesó ayer el noroeste de Francia y se extenderá al menos hasta el Cantábrico y podría llegar hasta España.
Cornisa cantábrica
Según un portavoz de los servicios meteorológicos franceses, una parte de las emisiones habría subido hasta una altura de más de 1.000 metros por efecto del calor, y se habría desplazado hacia el sur llegando a las costas de las regiones francesas de Normandía y Bretaña ayer por la mañana. Según las previsiones climatológicas de Météo France, las partículas podrían llegar al País Vasco francés e incluso a la costa cantábrica española antes de disolverse sobre el océano Atlántico.
Fuente : eldiariomontanes.es