lunes. 23.12.2024

Los responsables de la pedanía castreña de Mioño parecen decididos a buscar utilidad a los terrenos que ocupaban hasta 1986 las antiguas minas de Dícido. Se trata de una extensión de terreno que supera el millón de metros cuadrados y que actualmente se encuentra «totalmente abandonado», aseguró el presidente de la Junta Vecinal, Víctor Echevarría.
La recuperación paisajística de la zona resulta imprescindible antes de decidir usos futuros. Sin embargo, el alcalde pedáneo ya ha desvelado algunos, como la posibilidad de recuperar una de las numerosas galerías mineras localizadas en este enclave para organizar visitas guiadas.

El equipamiento, único de sus características en Cantabria, se uniría al futuro Museo Minero que planea poner en marcha Mioño, y al cargadero de mineral y su entorno. «La idea es dotar a Castro de una especie de parque temático de la minería», explicó Echevarría.

Para que estos proyectos puedan llevarse a cabo, los responsables municipales deberán acometer antes la regeneración paisajística de Dícido, un proceso que pretenden iniciar antes del verano. El proyecto, en período de exposición pública, ha desatado la polémica. De hecho, su ejecución exige un relleno de más de 300 metros cúbicos -«con materiales inertes», apuntó el alcalde- en la denominada Cota 100. Sin embargo, la asociación 'Otro Castro es Posible' ha denunciado que el plan «supone, en realidad, transformar la zona en un vertedero». «No se han hecho los estudios geológicos e hidrológicos pertinentes», criticaron desde la plataforma vecinal, que ya ha presentado una alegación al proyecto.

«Un basurero»

Víctor Echevarría desmintió este extremo y manifestó que «nuestra propuesta cuenta con todas las autorizaciones obligatorias y eso incluye el visto bueno de la consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria». «No estoy dispuesto a que unos cuantos, no sé con qué intenciones, quieran ensuciar un proyecto que es impecable», sentenció Echevarría.

En su opinión, la situación actual de los antiguos terrenos es lamentable. «Ahora sí es un basurero. No hay forma de controlar los vertidos que se hacen allí. Suben muchos camiones por las noches a echar todo tipo de restos y no hay forma de controlarlos», denunció.

El pedáneco garantizó, asimismo, que si la recuperación paisajística de la zona se lleva a cabo, «habrá vigilancia para evitar los vertidos contaminantes». El resultado final del proyecto será, según Echevarría, una vasta extensión de terreno en la que tendrían cabida «promociones de vivienda protegida, un espacio comercial y de ocio o equipamientos deportivos».

Extraído de : elcorreodigital.com

Estudian rehabilitar una antigua mina para organizar visitas guiadas