El uso de mascarilla para los alumnos y alumnas de 6 años en adelante, la reducción de los grupos y la adopción de normas que faciliten mayor distancia social, son algunas de las medidas implantadas por el Gobierno de Cantabria de cara al próximo curso, tal y como ha trasladado la consejera de Educación, Formación Profesional y Turismo, Marina Lombó durante la rueda de prensa celebrada en la sede del Ejecutivo, donde han informado sobre el Protocolo General de Organización para el curso escolar 2020-2021.
La Consejería ha planteado estas medidas dentro del protocolo de actuación para todos los centros educativos de Cantabria (públicos y concertados); un documento que cuenta con el informe favorable de Salud Pública del Gobierno de Cantabria y que en estos momentos está siendo presentado al Comité de Seguridad y Salud.
Lombó, que ha estado acompañada por la directora general de Innovación e Inspección Educativa, Mercedes García; el director general de Centros Educativos, Jesús Oria, y el de Personal Docente y Ordenación Académica, Francisco Javier Gutiérrez, ha destacado que el objetivo de su departamento es “adoptar las medidas sanitarias necesarias para llegar al 7 de septiembre con todo preparado para la actividad docente presencial en un entorno escolar seguro”, ya que, según la consejera, “no hay ningún sistema que sustituya a la docencia presencial; a lo que aprenden los alumnos y alumnas cántabros en las aulas, junto a sus docentes y sus compañeros y compañeras”.
Además del uso de las mencionadas, entre las medidas se plantea la utilización de espacios alternativos, la elaboración de itinerarios diferenciados y la posibilidad de establecer más lugares para la entrada y salida del alumnado, entre otras cuestiones.
Además, la consejera ha destacado la importancia de “la responsabilidad de todos, de cada alumno, de cada alumna, de sus padres y de sus madres”. En este sentido, cada centro habrá de remitir a las familias (o a los propios alumnos/as en caso de que sean mayores de edad) una declaración responsable, en la que todos habrán de comprometerse a no acudir a los centros educativos si tienen fiebre o cualquier otro síntoma relacionado con la COVID-19.
Se comprometerán también a comprobar diariamente el estado de salud de sus hijos e hijas y a notificar las causas de ausencia al centro si está relacionada con esta enfermedad.
A su vez, será imprescindible la comunicación de los centros con la Consejería y de la Consejería con Salud Pública. Por ello, los centros podrán crear la figura de ‘Coordinador Covid-19 de Centro’, que será la persona de referencia a quien corresponderá la interlocución con la Consejería de Educación. En concreto, las incidencias que pudieran surgir en relación con la enfermedad se comunicarán al Servicio de Inspección, la unidad que ejercerá la ‘Coordinación central COVID-19 de Centros’ que será, a su vez, el órgano de interlocución con la Dirección General de Salud Pública.
En función de la evolución epidemiológica, la consejería de Educación plantea tres posibles situaciones.
Organización
En cuanto a la organización, el documento recoge que las necesidades de cada centro varían en función de los espacios con los que cuente y del número de alumnado, y será necesaria cierta flexibilidad. Este año, excepcionalmente, los centros podrán proponer un horario lectivo diferente al establecido.
Asimismo, antes de comenzar el curso, todas las familias tendrán que conocer el protocolo de actuación y las directrices básicas del plan de contingencia: horarios concretos de entrada y salida si son escalonadas, lugar por el que entrará cada grupo, horarios de comedor, etcétera…
A su vez, los primeros días será imprescindible que docentes y equipos directivos familiaricen a su alumnado con las medidas adoptadas por cada centro para la prevención de la enfermedad, así como que cada centro tenga previsto el modo de comunicación con su alumnado en caso de una nueva suspensión de la docencia presencial o si fuera necesario establecer una docencia mixta.
En cuanto a los recursos, la Consejería aumentará el número de personal docente con un cupo extraordinario ‘Covid-19’ que permitirá mejorar el ratio entre profesores y alumnos. Además, invertirá más de 700.000 euros en material sanitario y de higiene preventiva.