Demasiadas bofetadas en un mismo partido como para levantarse constantemente del suelo, y encima, vuelta a la mínima efectividad desde el punto de penalty (se fallaron 4 penas máximas), con lo que son errores que frente a un equipo con el que estás igualado, acabas por pagarlas con la derrota. Además, a la escuadra cántabra se le notó con excesiva ansiedad en diferentes momentos, como si la derrota en Santander frente al Marina Park las ha hecho mucha mella y querían solucionar este partido por la vía rápida para alegrar a su afición.
El caso es que la derrota está ahí y no hay quien la mueva, teniendo que visitar a un temible Itxako en la siguiente jornada que viene de perder su primer partido en 13 meses de competición liguera. Rehacerse moralmente en Navarra, olvidando el resultado que consigan, es el objetivo a perseguir por un grupo que está realizando una excelente temporada, solo un poco empañada con estos 2 últimos partidos.
Tiempo tienen de volver a deleitarnos con grandes tardes, frente a rivales que se presumen superiores, pero que tendrán que sudar un extra si quieren doblegar al Castro.