De toma y daca: Así fue el encuentro disputado en el polideportivo de Carrús entre el Elche y el Castro en una nueva jornada de la división de honor del balonmano femenino, un partido entretenido y con varias alternativas en el marcador que al final le dieron el triunfo 25 a 24 a las ilicitanas.
Saltó muy bien el Castro a la pista, serio en defensa, con mucha intención en sus jugadas de ataque, y logrando ir con ventajas mínimas por delante en el primer periodo, llegándose al final del mismo con una ventaja para las cántabras de dos goles (12 a 14).
El inicio del segundo periodo, hizo indicar que las castreñas podían llegar a llevarse la victoria, poniéndose con un 12 a 16 que le podía dejar controlar el partido, pero la llegada de Adelina a la portería del Elche y su ajuste en defensa volvió a nivelar el marcador.
La incertidumbre estaba servida porque los dos equipos fueron a por el partido, pero en los últimos minutos, la pareja arbitral catalana Alonso y Miret se convirtieron en auténticos protagonistas con una doble exclusión a las castreñas Bea y María Gómez que solo las vieron ellos y de eso se aprovechó el Elche para romper un poco el marcador y llevarse los puntos en juego.
Al equipo castreño no le gustó la actitud chulesca y déspota sobre todo de uno de los dos colegiados, con sonrisas sarcásticas al final del partido y no queriendo escuchar a los integrantes del cuerpo técnico castreño.
El presidente castreño Ucelay, presente en Elche no entró a hablar con los árbitros, pero sí que atestigua que “parece que tenemos cara de tontos, ya nos ha pasado en dos partidos seguidos, y aunque crea en la objetividad arbitral, estas situaciones me están haciendo cambiar de parecer".
"No respondo de lo que pueda pasar en próximos partidos con nuestra afición, que se está enfadando mucho, y yo no voy a ir de apagafuegos, visto lo visto prefiero que me llamen sinvergüenza que no tonto, todo tiene un límite y los árbitros este año ya lo han sobrepasado con nuestro equipo”.
