La primera jornada de La Concha pasa más desapercibida que la segunda. No suele haber tanta gente como en la segunda, no levanta tanta expectación, las calles de la parte vieja donostiarra no se llenan como el segundo domingo de septiembre, pero la jornada inaugural de la Bandera de La Concha es mucho más decisiva que la segunda. El que gana la primera jornada tiene parte importante de la Bandera en el bolsillo. Las remontadas se producen cada mucho tiempo e incluso dentro de la misma primera jornada llegar a la primera ciaboga en cabeza es muy importante.
Las estadísticas están par romperlas y a veces fallan. Sin embargo, no mienten. Un vistazo a las últimas veinte ediciones de La Concha deja una cosa clara. El que suele llegar primero a la ciaboga el primer domingo es el vencedor final en el 65% de los casos y el vencedor de la primera jornada se lleva la Bandera de La Concha en un 80%.
Bien es cierto que esa estadística se ve refrendada gracias a tripulaciones dominadoras y en épocas en las que la igualdad era menor entre la vencedora y la siguiente. En cambio, en años de igualdad esos números se rompen con mayor facilidad.
Las remontadas se cuentan con los dedos de una mano en más de 25 años. Y cuando se han producido el estado de la mar y la meteorología ha ayudado lo suyo, como ocurriera en 2001 y en 2005 con las victorias de Castro y Hondarribia respectivamente.
En la última victoria de Castro los dirigidos por José Luis Korta ya eran cabeza de regata en la ciaboga con tres segundos sobre Astillero. En el segundo largo, y luego en la segunda jornada, refrendó ese puesto. Seis remeros de La Marinera del año pasado esta temporada son parte de Urdaibai.
Entre las que remarán el domingo Castro y Hondarribia son las dos traineras que saben lo que es remontar en una segunda jornada. La Ama Guadalupekoa recuperó muchos segundos hace dos años y la mayoría de los remeros que bogaron en aquella trainera también lo harán mañana domingo. Los hondarribiarras, en los últimos años nunca han marcado el mejor tiempo en la primera jornada.
En 2004 y 2003 La Concha sólo tuvo un color, el azul de Astillero. Dominó las dos jornadas como quiso y dejó sentenciada la Bandera en el primer largo. 19 segundos de renta llevaban los astillerenses en la primera ciaboga en ambas ediciones. Urdaibai y Orio no pudieron hacer nada.
Castro hizo lo mismo en 2002, aunque las ventajas las sacó en el segundo largo de la primera jornada. Veintidós segundos de ventaja sobre Urdaibai provocaron la mayor ventaja hasta ese momento, entre el primero y segundo, desde los tiempos de Kaiku a principios de los años 80. Curiosamente, en la ciaboga Orio marcó mejor tiempo, pero el viento tuvo mucha influencia en ello.
Un año antes, en 2001, los aguiluchos sufrieron una remontada dolorosa, tras ganar la primera jornada, por parte de Castro. Es una de las seis remontadas de los últimos 52 años. La mala mar resultó fundamental.
Desde el año 2000 hasta 1992 el dominio de la trainera ganadora en la primera jornada se acentuó de tal manera que no hubo ninguna remontada en la segunda jornada. Incluso en 1995 y 1999, dos años con Orio de favorito, los sanjuandarras de Donibaneko y Koxtape supieron rentabilizar de maravilla sus ventajas. El que llegaba a la ciaboga por delante tenía gran parte de la victoria en el bolsillo. Así lo hicieron Orio en 2000, 1998, 1997 y 1992 y las mencionadas sanjuandarras en 1995 y 1999. Y San Pedro en 1993 y 1994. La única excepción la protagonizó Orio, que ganó la primera jornada. También resultó clave este triunfo, pero en la maniobra, San Pedro le sacaba dos segundos. En un largo de vuelta magnífico Orio dio la vuelta al resultado.
La primera jornada perdió protagonismo respecto a la segunda en los años 1990 y 1991. No fueron decisivas. En 1991 Orio marcó el mejor registro con San Juan a un segundo, pero San Pedro dio un recital en la segunda jornada y dio un vuelco total a la Bandera de la Concha. Tampoco en 1990 el vencedor del primer domingo resultó ganador. San Pedro superó a San Juan por dos segundos y los rosas le dieron la vuelta en la segunda jornada.
Dos años seguidos que rompieron las estadísticas y veintidós años de tradición. Desde 1968 hasta 1990 el vencedor de la primera jornada había ondeado la bandera de La Concha. Las décadas de los 70 y los 80 no dejaron sitio a las remontadas. Las sorpresas, si las hubo, se dieron siempre el primer domingo y en el segundo aguantaban.
El golpe de efecto en caso de ir de tapado o no ser el favorito hay que darlo mañana domingo y si se es favorito, se debe dejar la bandera medio sentenciada.
Esperar al segundo domingo para ganar es complicado. El primer paso en la Bandera de La Concha es el más importante y decisivo.
Extraído de: diariovasco.com