El CFS Castro Juvenil no pudo con el Berrio Santutxu y se dejó en Bilbao tres puntos que le hacen perder comba con las primeras posiciones, tras su derrota por 4 goles frente a 1 de los castreños. Los bilbaínos estuvieron más acertados que los rojillos en la recta final de un partido muy igualado pero poco vistoso y que se decidió por detalles.
Los castreños eran conscientes de la dificultad que entrañaba la visita al equipo más en forma del campeonato, que enlazaba hasta siete victorias consecutivas y que se encontraba por encima de los rojillos en la tabla. Nuevamente el exceso de presión atenazó a los marineros que volvieron a rendir por debajo de su nivel ante un rival directo.
Aunque las consignas eran claras para los castreños de que el partido debía tener ritmo para hacer valer la mayor profundidad de banquillo, se estrellaron ante un Berrio Santutxu que bordó la defensa en 15 metros y que impidió que los rojillos circularan con velocidad propiciando un partido lento, de mucha posesión pero con muy poca profundidad.
En el primer tiempo el dominio territorial fue eminentemente castreño, pero las mejores opciones eran para los locales, que contragolpeaban con peligro y buscaban continuamente la espalda de la defensa adelantada de los cántabros. Por su parte, los visitantes tan solo creaban peligro merced a disparos lejanos y a alguna acción de estrategia pero sin el premio del gol.
Si lo iban a encontrar los vizcaínos con ayuda de la fortuna en el minuto 11 de partido. Un balón a la espalda de los castreños terminaba con un rechace del portero y un rebote en Sergio Vitoria que se introducía en la meta de Miguel.
El gol apenas cambió el guión del partido, y afianzó aún más a Berrio en su retaguardia mientras que el Castro seguía sin brillar en ataque estrellándose continuamente en el entramado defensivo del rival durante la primera mitad.
El arranque de la segunda mitad trajo consigo los mejores minutos de los castreños, que, a través del trabajo de Raúl en el pívot, desbordaban a la defensa bilbaína y creaban sus mejores ocasiones del partido ante un Imanol que volvía a evidenciar su gran momento de forma ante disparos de César y Vitoria. Pero fruto de este dominio iba a llegar el tanto del empate para los rojillos. Raúl ganaba la espalda a su par y asistía a Chepe para que remachase de cabeza el tanto que igualaba el encuentro a los cinco minutos de haberse reanudado el choque.
Tras el tiempo muerto local, el choque volvía a igualarse y los locales respondían con varias opciones a la contra a las que respondía también con acierto Miguel. El partido seguía igualado y entraba en sus minutos finales con la sensación de que un único gol podría resolver el mismo.
En el minuto 35 llegó el punto de inflexión del encuentro. Un uno para uno de Chepe con Imanol terminaba con el portero local evitando el gol con la mano fuera del área, pero el árbitro solo lo amonestó con tarjeta amarilla al entender que había un defensor en disposición de evitar el tanto por detrás del guardameta. Tras la pertinente falta favorable a los rojillos que se sacaba sin trascendencia en el marcador, una nueva acción desafortunada iba a decidir el signo del partido.
Un nuevo despeje de Miguel se estrellaba en la mano de Chepe lo que propiciaba una falta al borde del área que Jonpi resolvía con un formidable disparo a las mallas. Con la desventaja en el electrónico, cinco minutos por delante y la sensación de que en juego posicional no se estaba creando peligro a los bilbaínos, Castro optó por la figura del portero-jugador, pero en la primera acción, un error en el pase permitía a Morán anotar a puerta vacía el tanto que sentenciaba el partido.
Pese a los intentos posteriores de los cántabros con un jugador de campo más, de nuevo Imanol impedía que los visitantes se metieran en el choque con intervenciones de mérito, como una enorme parada a bocajarro a Dani en el segundo palo. El encuentro iba a quedar totalmente resuelto con el 4-1, obra de Alday desde su propio campo al inteceptar otro pase de los marineros con la portería desguarnecida.
Dura derrota por tanto para el Castro en un partido mucho más igualado de lo que señala el marcador y que solo se rompió en la recta final después de que las defensas se impusieran a los ataques en un choque más emocionante que brillante.
Con esta victoria los bilbaínos se disparan en la clasificación, subiendo hasta la tercera plaza empatados con Xota y a cinco puntos del líder, situándose como clara alternativa a los dos equipos navarros. Mientras, los castreños vuelven a morder el polvo ante un rival directo, con el que pierden también la diferencia de goles particular, y siguen sin poder aprobar su asignatura pendiente de la temporada.
La próxima semana tendrán una nueva oportunidad de enmendarlo recibiendo en el Peru Zaballa al líder Ribera de Navarra en un gran encuentro en el que el Castro espera poder ser por fin competitivo ante un equipo de la zona alta.