Una semana después de haber roto su maleficio de resultados en tierras guipuzcoanas, el CFS Castro Urdiales encadenó su segunda victoria consecutiva en el Peru Zaballa ante el Gora Bilbao.
Los rojillos tuvieron que remontar por dos veces el partido en la primera mitad para sumar tres puntos que le sitúan a uno solo de la quinta plaza antes de afrontar un largo de parón de cinco semanas.
Los duelos entre castreños y bilbaínos siempre se han caracterizado por la igualdad y por resolverse en los minutos finales y en éste, si bien los locales manejaron una renta más cómoda en la segunda parte, tuvieron que neutralizar la ventaja conseguida por los vizcaínos durante la primera mitad. Con el marcador a favor, los rojillos mostraron más madurez que un rival en una situación clasificatoria delicada y que tuvo su talón de Aquiles en la gran cantidad de faltas con las que fueron sancionados.
La primera mitad de los castreños no fue buena y durante varios minutos fueron inferiores a un equipo bilbaíno que no sufría en defensa y que contragolpeaba con peligro tras los errores de los rojillos en los pases. Pese a que el dominio posicional corría a cargo de los locales, no había claridad para enlazar pases peligrosos y cuando se lograban los errores en la toma de decisiones condicionaban la finalización. Ello permitía que los visitantes estuvieran cómodos y que llegaran también con frecuencia a la meta de Javi. Tras un robo de balón Eneko ponía por delante a los bilbaínos en el minuto 7 y obligaba a los cántabros a remontar.
No tardaría en llegar la respuesta de los marineros, al culminar el cadete Iván una de las mejores combinaciones ofensivas de los rojillos en la primera mitad. Pero el empate no iba a reforzar el juego de los locales, que veían como cuatro minutos después una nueva pérdida se convertía en el 1-2 para los visitantes.
El gol aturdía a los castreños que en los minutos siguientes iban a pasar por una fase clara de inferioridad ante su rival, que tuvo opciones para aumentar su renta, como un claro dos contra el portero que iba a perderse por la línea de fondo tras una primera gran intervención de Javi.
Pero las faltas cometidas condicionaban mucho a los visitantes, que veían como en hasta cuatro ocasiones los castreños se iban al punto de doble penalti. Tras parar Christian los dos primeros, el capitán Sergio Vitoria iba a acertar con el tercero, poniendo el empate a falta de un minuto para el descanso.
Joseba, con un gran gol a falta de 20 segundos iba a culminar la remontada con el 3-2 y lograba poner por primera por delante a un equipo castreño que pudo aumentar su ventaja con otro lanzamiento desde los diez metros en el que Sergio Vitoria iba a toparse con el meta visitante cuando quedaban apenas doce segundos para el descanso. El Castro se retiraba con ventaja en el marcador tras haber remontado el partido en apenas minuto y medio y afrontaba la segunda mitad con una renta que defender.
La reanudación siguió por los mismos derroteros que el primer acto, pero con un Castro que cuidaba mejor el balón y que se exponía menos a los contragolpes de los bilbaínos, que seguían llegando pero con menor asiduidad. Fruto de esta mejoría en el juego iban a llegar dos goles en apenas ocho segundos en el minuto 30 que dejaban el encuentro encarrilado para los cántabros con 5-2. Primero el capitán rojillo firmaba un gran gol con un disparo desde la banda que se colaba por la escuadra y después Álvar empujaba a puerta vacía un envío de Mario ante el aturdimiento de los vizcaínos.
Pero el equipo de Xabi Ortúzar, impulsado por sus urgencias clasificatorias, iba a recortar distancias tres minutos después por mediación de Ekaitz, volviendo a situar la diferencia en dos goles. En esta fase del partido los castreños supieron gestionar bien sus posesiones y de nuevo los visitantes iban a cargarse de faltas, llevando otra vez en varias ocasiones a los rojillos a los diez metros.
Tras fallar Sergio Vitoria un nuevo lanzamiento sin barrera, iba a ser Dani el que si acertara a falta de tres minutos para lograr el sexto y certificar la victoria de los locales.
Pese a que Mounir recortaba distancias apenas un minuto después los castreños iban a gestionar bien su renta ante un equipo bilbaíno que apostaba por el juego directo para llevar el balón rápidamente a las inmediaciones de Javi, obligando a los cántabros a defender las últimas acometidas visitantes.
Al final del partido se certificó una nueva victoria para los rojillos que, les permite retirarse a un parón de cinco semanas sin competición oficial, con buen sabor de boca y mantener sus aspiraciones a la quinta plaza en una recta final de la competición en la que volverán a medirse a su gran asignatura pendiente: los encuentros ante los equipos de la zona alta de la tabla.
