sábado. 30.11.2024

A lo largo de su dilatada y nutrida historia de deportistas que ha dado Castro Urdiales, se encuentran personas que han dejado una huella muy profunda tanto por su actividad en sí, como por su personalidad en distintos aspectos siempre dentro del deporte, a lo que se han dedicado con alma y corazón prácticamente media vida. Este es el caso de Francisco González Ibarguren ‘Francis’.

PREGUNTA.- ¿Cuándo comenzó esta historia?

RESPUESTA.- Comencé a jugar en el juvenil del Castro cuando tenía 15 años. Incluso con 16 años participé en algunos partidos con la primera plantilla de Tercera División, de la que pasé a formar parte a la edad de 17 años, hasta que prácticamente me retiré del fútbol activo; a excepción de dos años que estuve en la S. D. Mioño.

P.- ¿Encuentra alguna diferencia entre aquella Tercera División y la actual?

R.- Siempre que puedo procuro huir de las comparaciones, pero sí que hay diferencias sustanciales. En aquella los jugadores estábamos más curtidos, posiblemente no practicábamos el juego tan depurado como el actual, no había tanta técnica, pero lo superábamos todo a base de fortaleza, el interés que poníamos en cada partido; incluso los jugadores de Castro teníamos fama de ser muy bravos en el terreno de juego, a los rivales siempre les costaba mucho ganarnos.

P.- En cuanto a jugadores ¿existe alguna diferencia de los de antes con los actuales?

R.- A nosotros nos gustaba el fútbol y ahora tengo mis dudas de que les guste tanto, porque en nuestros tiempos nos sacrificábamos mucho, todo lo que fuera necesario, tampoco existían las diversiones de ahora. Cuando perdíamos un partido fuera el ambiente en el regreso parecía un funeral, ahora, desde mi puesto de directivo, he observado que no es que les dé igual, pero no se lo toman tan en serio, pienso yo.

P.- ¿Qué suponía para los jugadores de su tiempo vestir la camiseta del Castro F. C.?

R.- Para mi lo era todo. Vestir la camiseta y representar a mi ciudad era la la culminación de un sueño, por ello cuando saltaba al terreno de juego siempre me entregaba totalmente, sin reserva alguna, lo mismo que hacían todos mis compañeros, de verdad que sentíamos un orgullo por defender nuestros colores.

P.- ¿Ocurre lo mismo ahora?.

R.- Yo tengo mis dudas. También hay que tener en cuenta que todos éramos de Castro, ahora hay muchos vde fuera y pongo en duda que tengan aquella ilusión nuestra de representar a ‘nuestro’ Castro. De lo que no cabe la menor duda es de que antes sentíamos muy profundamente los colores del club.

P.-Los jugadores que últimamente fichan por el club, ¿cumplen las cláusulas del contrato?

R.- No diría que lo cumplen estrictamente; lo que ocurre es, por ejemplo, que los que no son de aquí no sienten tanto los colores, aunque hay excepciones muy dignas de elogio, pero tampoco todos los de aquí cumplen hoy en día, muchos juegan por el mero hecho de jugar, simplemente porque lo hacen sus amigos, otros en cambio lo hacen porque les gusta y hay también quien lo hace porque no sabe dónde pasar el rato, pero en definitiva, el fútbol de ahora, en la gran mayoría de sus aspectos, es muy distinto del de antes. Luego el participar en otros torneos perjudica mucho tanto a los propios jugadores como al club. Por ejemplo está el famoso torneo San Juan de futbito de Castro, aquí solamente tendrían que dejar jugar a los futbolistas no federados, porque ha hecho muchísimo daño a los clubes locales, está muy arraigado entre la juventud y, además, muchos jugadores llegan tocados al comienzo de la temporada siguiente.

P.- ¿Ha ocurrido esto por falta de mano dura?

R.- En este sentido sí ha existido cierta mano dura. Nosotros hemos castigado a jugadores por participar en este torneo concretamente, tanto deportiva como económicamente, pero si tenemos una plantilla corta y sigues ese camino corres el peligro de crear malestar entre la plantilla que puede incidir peligrosamente en el rendimiento de la misma.

P.- ¿Cuándo y por qué comenzó la etapa de directivo?

R.-Un motivo importante fue que me retiré del fútbol activo muy pronto, tenía solamente 27 años, estaba casado, tenía ya dos hijos y las cosas aconsejaban lo que hice. Antes tuve una especie de relajamiento con el fútbol y estuve 4 años en el club ciclista que coincidió con su asentamiento defi nitivo, se consiguió en propiedad el local actual, para luego regresar al fútbol donde he estado 20 años consecutivos como directivo y con vadrios presidentes (Gregorio Alcedo, Laureano Vizcaya, José del Campo, Mari Cuesta y finalmente Ramón Zaballa). También entrené una temporada al equipo cadete siendo presidente Mari Llano.

P.- ¿La perspectiva del fútbol cambia mucho de vivirla como jugador a hacerlo como directivo?

R.- Bastante, es muy distinto, obviamente, porque no era lo mismo salir a jugar un partido, que era lo que me gustaba y sigue siéndolo, que ser directivo que tienes que estar pensando en la forma de conseguir dinero para que esto funcione. Sin duda alguna ser directivo es mucho más desagradable y menos agradecido.

P.- Del 1 al 10, ¿qué puntuación le daría al Castro F. C. en cuanto a nivel futbolístico se refi ere?

R.- Ahora mismo un cinco. Espero que tengamos suerte y salgan jugadores de la cantera, estamos muy necesitados de ellos. Ahora mismo la recuperación futbolística de Castro pasa por el acondicionamiento del Estadio Riomar. Los seis años que llevamos jugando en el Mioño-Estación ha supuesto un perjuicio futbolístico muy grave, además del económico.

Extraído de: elalerta.com

«Defender al Castro era todo un orgullo»