Posiblemente, Cabaña Verónica es el refugio más conocido, no sólo por los montañeros, sino porque su cercanía a la estación superior del teleférico, hace que muchas personas puedan acercarse hasta él en apenas dos horas de ascensión. Es un refugio singular, ya que se trata de una cúpula de un portaviones, que en su día unos montañeros vizcaínos rescataron para este fin. En la construcción participaron miembros del Grupo de Montaña Tajahierro y cómo se transportaron las piezas y se montó fue toda una odisea que merece capítulo aparte. Pero lo fundamental de este refugio es su enclave en pleno corazón del Macizo Central, al pie de Horcados Rojos y Tesorero, lo que ha servido para llevar a cabo innumerables rescates, amen de refugio para miles de montañeros y escaladores.
La celebración convocó a numerosos montañeros de toda Cantabria y,también, de otras comunidades. Dirigieron la palabra a los participantes el presidente de la Federación Cántabra, el de la Española, el Director General de Deportes y el sargento del GREIM de Potes. Pero, el momento más emotivo se produjo cuando habló Susana Sentís, hija de Conrado Sentís, el artífice de la construcción del refugio (Verónica es el nombre de otra de sus hijas ya fallecida). También acudió el hijo de Luis Pueyo, arquitecto de la obra.
Como no podía ser menos, el Grupo de Montaña Castro estuvo en la celeración (en la foto aparecen algunos miembros con Don Javier Tezanos, presidente de la FCDME). Además, tiene el honor de contar entre sus socios a Txema Alejandre, uno de los montañeros de aquel grupo de soñadores, que estrenó el refugio.