Como tienen costumbre, formaron dos grupos. El grupo de raquetas, partiendo desde el albergue juvenil, se encaminó hacia la Fuente del Chivo, dirección al Tres Mares. Para algunos era la primera vez, pero se adaptaron estupendamente a la marcha.
El grupo de crampones, por su parte, se dirigió al circo bajo el Bóveda y La Tabla. Es un lugar excelente para hacer prácticas de autodetención y, además, se puede elegir entre diferentes palas para hacer la subida.
Pudieron disfrutar de un sol espléndido, pero que daba más calor del que se necesitaba a la hora de hacer el ascenso. Llegados al collado, se dirigieron hacia el Bóveda, que superaron continuando hacia su destino: El Cornón. Llegados allí, la foto de rigor y para abajo, justo cuando se echó una niebla que no los dejaba casi ni verse unos a otros.
Bajada hacia la Fuente del Chivo y regreso. Justo a tiempo, ya que empezó a llover mientras se estaban cambiando. Y, de recompensa, se fueron para Espinilla, a por esos huevos fritos con chorizo que quitan el hipo.