9 de agosto de 2011, 13:34
La indignación en la trainera femenina gallega Rías Baixas no ha disminuido ni un ápice, veinticuatro horas después de haberse proclamado campeona del Trofeo Federación Española de Remo, tras lo que recibieron apenas unas medallas como premio. Ni tan siquiera, la bandera que señala tradicionalmente a los vencedores en este deporte.
Las críticas van más allá del pataleo por no haber ingresado premios en metálico, sino que apuntan directamente a la organización de la Federación Española de Remo, que argumenta que el proceso desde el inicio de la competición de traineras femeninas (hace cuatro años) hasta la celebración de un Campeonato de España pasa por un período de transición en el que se encuentra ahora este deporte. «Se trata de la visión que tienen del tema. Hay muchos dinosaurios que creen que las mujeres debemos estar en la cocina, con esquemas muy machistas. El remo nace masculino, pero porque las mujeres no tenían igualdad de acceso en ningún ámbito de la vida por aquel entonces», asegura la delegada de la Rías Baixas, Araceli Fernández.
También invita al Gobierno cántabro, que subvencionó la competición celebrada en Castro Urdiales, a que pida cuentas del destino del dinero.
Igualdad
«Se non hobuese premios para os mozos, eles tampouco competirían», añade el entrenador de la trainera, Beni Silva. «Os vascos participan no Campionato de España desde que hay premios. Non se compite polos cartos, pero este non é xeito de promocionar o deporte. O próximo ano, pensaremos a nosa participación», añade. Silva y Fernández aseguran que la Rías Baixas formalizó su inscripción en la competición abonando las licencias, pero sin conocer por completo las contraprestaciones en caso de victoria. «Hay que ser respetuosos. Debe haber premios para todos ou para ninguén, non só para os homes. Estamos acostumados a estes desplantes. A igualdade queda lonxe. Isto do remo é un pouco machista», concluye.
Laura Ermo, patrona de la embarcación, destaca: «Realizamos el mismo esfuerzo que los chicos, pero no obtenemos premio ni motivación. Es un deporte aficionado, sostenido por el sacrificio de sus practicantes, sean hombres o mujeres. Esto da que pensar. Pero alguien tiene que abrir camino. Hay que seguir hasta que esto se normalice».
Las críticas van más allá del pataleo por no haber ingresado premios en metálico, sino que apuntan directamente a la organización de la Federación Española de Remo, que argumenta que el proceso desde el inicio de la competición de traineras femeninas (hace cuatro años) hasta la celebración de un Campeonato de España pasa por un período de transición en el que se encuentra ahora este deporte. «Se trata de la visión que tienen del tema. Hay muchos dinosaurios que creen que las mujeres debemos estar en la cocina, con esquemas muy machistas. El remo nace masculino, pero porque las mujeres no tenían igualdad de acceso en ningún ámbito de la vida por aquel entonces», asegura la delegada de la Rías Baixas, Araceli Fernández.
También invita al Gobierno cántabro, que subvencionó la competición celebrada en Castro Urdiales, a que pida cuentas del destino del dinero.
Igualdad
«Se non hobuese premios para os mozos, eles tampouco competirían», añade el entrenador de la trainera, Beni Silva. «Os vascos participan no Campionato de España desde que hay premios. Non se compite polos cartos, pero este non é xeito de promocionar o deporte. O próximo ano, pensaremos a nosa participación», añade. Silva y Fernández aseguran que la Rías Baixas formalizó su inscripción en la competición abonando las licencias, pero sin conocer por completo las contraprestaciones en caso de victoria. «Hay que ser respetuosos. Debe haber premios para todos ou para ninguén, non só para os homes. Estamos acostumados a estes desplantes. A igualdade queda lonxe. Isto do remo é un pouco machista», concluye.
Laura Ermo, patrona de la embarcación, destaca: «Realizamos el mismo esfuerzo que los chicos, pero no obtenemos premio ni motivación. Es un deporte aficionado, sostenido por el sacrificio de sus practicantes, sean hombres o mujeres. Esto da que pensar. Pero alguien tiene que abrir camino. Hay que seguir hasta que esto se normalice».