Dos trayectorias se cruzaron ayer en el punto de encuentro de los más grandes. Dos embarcaciones enfiladas hacia el mismo objetivo. Kaiku, el mejor en los días señalados, y Castro, campeón de la regularidad. El duelo no defraudó. Ofreció alternativas y terminó en ese margen de tiempo, corto para unos, eterno para otros, que mantendrá despierta la semana. Cinco segundos. Castro representó el largo de ida. Necesitó cinco segundos menos que Kaiku hacia afuera. Un club emergente, sus cuatro banderas corresponden al siglo XXI, todavía en su ida. Los de Sestao en cambio, se identificaron con la vuelta.
Hace tres décadas que no brillaban en la bahía donostiarra. En el segundo largo metieron ayer diez segundos a La Marinera. El mejor vuelo de vuelta al palmarés de La Concha. Todavía no la han ganado, pero sus trece galácticos no han sido derrotados esta temporada y... huelen a campeones.
La salida de la segunda tanda se hizo esperar. El viento aumentaba, la tensión también. Pero en cuanto el juez bajó la bandera la electricidad se notó bajo el agua. Sólo los más grandes pueden salir con esa potencia, chispa y velocidad. En la bahía, Castro, San Pedro y Kaiku dibujaron una línea recta entre sus proas mientras Orio perdía un segundo tras la txanpa inicial.
El trío avanzó sin despegarse una vez superado el Aquarium mientras Orio cedía una embarcación por una calle cuatro que no corría igual que el resto. Fue de puntas hacia afuera donde San Pedro se descolgó dos o tres segundos mientras los dos grandes favoritos se enzarzaban en su pulso. Aunque muy poco a poco, Castro impuso su ley. Un segundo primero, dos unos metros después, tres ya cerca de la ciaboga y cinco en el momento de girar. San Pedro se dejaba nueve en dicha referencia y Orio, quince.
La conocida estrategia de Castro, mantener en el tiempo ese ritmo que exige un respiro antes o después para el resto, parecía empezar a funcionar. Pero la película varió su guión habitual en cuanto las embarcaciones enfilaron el largo de vuelta. Kaiku salió de la ciaboga y corrigió la dirección menos de lo normal. Los de José Luis Korta empoparon por la calle cinco para reducir en pocos metros dos de los cinco segundos de desventaja respecto a Castro.
La maquinaria de Sestao aprovechó mejor que nadie la ola, poca pero decisiva, que marcaba en dirección este. Antes de la mitad de largo ya había superado a los cántabros y a la altura de la isla le llevaba cuatro segundos. Castro no puedo orientarse hacia las calles de fuera todo lo que quiso ya que no tenía la suficiente ventaja como para irrumpir en la trayectoria de San Pedro, a pesar de lo cual varió su rumbo para detener la sangría de segundos que se le venía encima.
Gran Libia en popare
La Libia fue la otra gran protagonista en el largo de vuelta. A pesar de lo que la psicología influye cuando las referencias marcan nueve segundos de desventaja respecto a la proa de regata, los de Aitor Balda remaron como mejor lo saben hacer, acoplados y con paladas pausadas llenas de genio y energía.
Se echaron encima del duelo de titanes antes de llegar a la altura de la isla, aunque no pudieron completar una extraordinaria remontada dentro de la bahía, casi a la estela de Castro, que había variado su trazado hacia estribor. Lejos quedaba la Mirotza, invadida por las olas de las embarcaciones que vuelven tras la última trainera en la segunda tanda. Hundida en el séptimo puesto.
La última txanpa resultó espectacular. El sprint entre los dos primeros, fue más largo del habitual, a 42 paladas y sin bajar. La diferencia estancada en cinco segundos, la bandera suspendida a mitad de camino entre Sestao y Castro Urdiales, las aficiones hirviendo... Sensacional. La parte final deleitó a la multitud que abarrotó los alrededores de la bahía como lo hace la traca final en los fuegos artificiales que colorean la zona dos semanas antes.
Los cohetes volverán al mismo escenario el próximo domingo con cuatro guipuzcoanos. San Pedro y Hondarribia acompañarán a los dos colosos, listos para dar la sorpresa. Orio resucitará, seguro. Y la Donostiarra buscara el punto de inflexión para el futuro.
Hondarribia brilló en su tanda
La tanda que abrió la primera jornada de la Bandera de La Concha tuvo protagonista verde. Hondarribia aguantó bien el empuje de Urdaibai en la salida y la agresividad de Pedreña saliendo de puntas hacia afuera. Sus dos rivales fueron proa de regata en momentos diferentes del primer largo, pero en alta mar, donde mejor se desenvuelve la Ama Guadalupekoa, comenzó el festival bidasotarra.
Ioseba Amunarriz volvió a dirigir una ciaboga de libro y enfiló la embarcación en la dirección que marcaba la ola, hacia la calle dos. En cuanto la proa de los verdes avistó la playa de La Concha la ventaja empezó a aumentar. Los de Mikel Orbañanos exhibieron esa remada cómoda, larga pero profunda, que tanto hace avanzar a su trainera. Y así se plantaron con ocho segundos respecto a Pedreña en la entrada de la bahía mientras Urdaibai perdía ya 14. Una vez allí, las diferencias se estancaron. Fueron al final siete a Pedreña y trece a Urdaibai.
La Donostiarra afrontó como buenamente pudo el chaparrón de calidad que le caía de las calles colindantes. La cuatro no le benefició y a pesar de ello completó una digna actuación, a poco más de un minuto de los campeones y a 40 segundos de Orio, que también bogó por la cuatro.
«Es poca, pero buena diferencia»
José Luis Korta estaba tranquilo, al igual que durante toda la temporada, y trasmitía seguridad en la rampa después de la bonita renta de cinco segundos que consiguió Kaiku sobre Castro. «No es mucha diferencia, pero está a nuestro favor. Seguro que la próxima semana, como todos, Castro saldrá a por todas. Al menos esta semana otros van a tener más cosas de qué preocuparse que nosotros»». Sobre la regata, el entrenador de Kaiku subrayó el mérito de los suyos, que tuvieron que remontar una desventaja de cuatro segundos en la ciaboga. «Hemos sufrido en el largo de ida por detrás, pero es importante que la renta sea a nuestro favor. Remar de atrás hacia adelante es muy difícil y más pasarle a un equipo como Castro».
El veterano remero gallego de la Bizkaitarra, Luciano Prego, cree que todo está por decidir y no le quiso dar importancia a la ventaja conseguida. «Partidos de cero. Cinco segundos no son nada. El que gane el domingo se va a llevar la bandera». Prego estaba satisfecho de cómo remaron. «Hemos hecho una de las mejores regatas de la temporada. Pelear con tanto gallo no es fácil y ganar por cinco segundos está muy muy bien. Vamos siete de siete, no podemos pedir más».
La tripulación vizcaína no se puso nervioso a pesar de ir por detrás en el largo de ida según el veterano remero de Kaiku. «Hacia balizas exteriores hemos ido a lo nuestro. Sabíamos que para ir la calle uno de Castro era buena y confiábamos en nosotros para volver y así ha sido afortunadamente».
Más crítico con el largo de ida, a pesar de estar muy feliz y contento con la regata realizada, fue el patrón Asier Zurinaga. «Hemos pagado la novatada y creo que hemos pecado de nerviosismo en el primer largo. No teníamos referencias por babor y los remeros han empezado a girar la cabeza hacia estribor. Tenemos que pulir esos errores». Tampoco estaba contento de la ciaboga que realizó. «Hoy he fallado yo. Todavía hay margen de mejora y además los remeros tienen mucha hambre y son unos fenómenos».
«No son superiores»
A pesar de los cinco segundos de desventaja los castreños y su patrón Iker Gimeno no se resignan a darle la vuelta al resultado de la Bandera de La Concha y conseguir su quinta victoria en San Sebastián. «No es diferencia y menos para un rival como Castro. Para el próximo domingo Iker Gimeno cambiaría la suerte de las calles. «Mano a mano no son superiores, aunque ahora ellos son los favoritos. Confío en el equipo al 100% y lo vamos a dar todo. Va a ver emoción en el próximo domingo».
La clave de la regata de ayer en opinión del pequeño gran patrón castreño fue la ciaboga. «No ha salido buena y me tengo que echar las culpas en ese sentido. He entrado a cuchillo y he fallado. Les hemos dado vida».
Gimeno cree que para la segunda jornada no hay que olvidarse de otras traineras al margen de Kaiku y Castro. «No descarto a nadie, puedo ocurrir cualquier cosa aunque el rival a batir es Kaiku».
El segundo entrenador de La Marinera, Joseba Fernández, también lamentaba la ciaboga. «Hemos hecho un primer largo enorme. Después, tras perder al ventaja en la ciaboga, en el teórico tercer largo, queríamos romper la regata, pero no hemos podido vaciándonos para el final de regata». A pesar del segundo puesto Joseba estaba con moral. «Somos unos campeones».
«Estamos cerca e iremos a por todas»
El oiartzuarra tiene todavía muchas esperanzas de llevarse la bandera y así lo aseguró tras terminar la regata. «Ahora está más difícil, aunque todavía creo que estamos cerca y con opciones de ganar la bandera. Hemos hecho un muy buen primer largo. Kaiku está fuerte, pero nosotros también».
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Extraído de: diariovasco.com