La ordenanza municipal contra ruidos y vibraciones que entró en vigor Castro Urdiales en el año 2003, está siendo un éxito. Si el mapa de ruidos configurado para el municipio por la Concejalía de Medio Ambiente y Patrimonio Arqueológico mostraba como zona problemática la calle Artígales, arteria en la que hay numerosos locales de hostelería, ayer el responsable del área, Juan Tomás Molinero, y la técnico medioambiental, mostraban su satisfacción al señalar en rueda de prensa que las infracciones por ruidos han descendido notablemente.
Si en 2003 se practicaron 47 denuncias, en 2004 se redujeron a 24 y, este año, desde enero hasta la fecha actual, tan sólo ha habido tres locales infractores en la calle La Rúa, también zona de copas.
Este buen resultado se debe a que la nueva normativa ha endurecido las sanciones que pueden llegar hasta 12.000 euros, e incluso conllevar al cierre del local. Es precisamente, lo que pretendía Molinero cuando a su llegada al equipo de gobierno puso en marcha la nueva normativa que obliga a los locales hosteleros a tener puertas y ventanas cerradas desde la diez de la noche, una práctica que antes no se exigía y recibía continuas criticas ciudadanas de los vecinos que viven el casco antiguo castreño.
Contaminación acústica
Ahora, la Concejalía elaborará otros dos mapas del ruido, en el casco histórico castreño, donde más bares y restaurantes se asientan, y en zonas residenciales, para detectar los puntos con más contaminación acústica. Estas declaraciones se produjeron ayer en la presentación de la séptima semana del medio ambiente, bajo el lema «contaminación acústica, el ruido y sus efectos». En esta iniciativa participarán 750 escolares castreños a los que se mostrarán los aparatos de medición acústica que se emplean en la elaboración de los mapas de ruidos de la localidad.
Fuente: eldiariomontanes.es