El fiscal defendió ayer que existe prueba de cargo «contundente» de que los encapuchados que asaltaron hace cinco años una casa de Guriezo, donde amordazaron y golpearon brutalmente a sus moradores son los dos acusados, José Ramón M. A. y Manuel C. P., para quienes mantuvo la petición de 19 años de prisión para cada uno por los delitos de allanamiento de morada en concurso con otro de robo, dos de detención ilegal y otros dos de lesiones. Los dos procesados negaron los hechos en el juicio, que ayer quedó visto para sentencia y sus abogados pidieron la absolución.
La fiscal jefe, Pilar Martín Nájera, vinculó estos hechos con un posible ajuste de cuentas por tráfico de drogas, si bien «no se puede probar».
Los dos acusados fueron condenados la semana pasada por apalear e intentar secuestrar a una pareja en Castro Urdiales en agosto de 1999, seis meses antes del asalto de la casa de Guriezo. Otra extraña circunstancia rodea ambos casos: el hijo del matrimonio que fue agredido en Cabaña de Sierra, en Guriezo, apareció asesinado meses después en un monte de la localidad vizcaína de Carranza, lugar en el que trabajaba talando pinos.
La Audiencia de Cantabria declaró visto para sentencia el juicio que se sigue por esos hechos contra el ex guardia civil José Ramón M.A. y contra Manuel C. P. Ayer estaba prevista la comparecencia de un testigo protegido, el sobrino del matrimonio asaltado, a quien los dos encapuchados buscaban, pero no acudió. Este testigo se encuentra en paradero desconocido desde entonces y nunca ha comparecido para testificar en la instrucción de la causa, ni la Policía Nacional ha podido dar con su paradero.
El abogado que ejerce la acusación privada en representación del matrimonio señaló ayer en el juicio que los encartados se comportaron «como auténticos depredadores» porque propinaron una «brutal paliza totalmente innecesaria, porque los agresores iban armados».
Fuente: eldiariomontanes.es