Cantabria se ha sumado al manifiesto suscrito por los consejeros de Sanidad de la mayoría de comunidades autónomas (excepto las gobernadas por el PSOE) para exigir al Gobierno de España la adopción de medidas urgentes en Atención Primaria, al objeto de resolver la problemática derivada de la falta de especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria.
El consejero cántabro de salud, César Pascual, considera que la situación es "crítica" y pide al Ministerio de Sanidad que asuma su responsabilidad y acredite nuevas unidades docentes para favorecer la formación de más profesionales, formación que las comunidades autónomas están dispuestas a seguir financiando.
Para Pascual, el "gran problema" que afronta en estos momentos la sanidad pública es el "grave déficit" de médicos especialistas y el Ministerio "no puede seguir distrayendo la atención" ante una tesitura que urge una respuesta común para el conjunto de comunidades autónomas, "independientemente del ámbito geográfico, la población o el color político de sus gobiernos".
Por este motivo, el consejero de Salud ha confirmado la adhesión de Cantabria a este manifiesto que data del año 2022, pero que, a su juicio, "sigue teniendo toda su vigencia y viene a reivindicar la necesidad de soluciones más allá de las buenas palabras".
Seis medidas urgentes
El documento propone la adopción por parte del Ministerio de Sanidad de seis medidas urgentes para comenzar a atajar el problema que padece la Atención Primara en España.
En primer lugar, garantizar que el sistema de elección MIR no deje plazas desiertas y arbitrar soluciones excepcionales que faciliten que se cubran todas las plazas ofertadas, incluidas aquellas que, habiendo sido adjudicadas, finalmente sus adjudicatarios no tomen posesión de las mismas, renunciando antes de la firma del contrato.
En segundo lugar, introducir cambios en un sistema formativo que agrava el déficit crónico de especialistas en Medicina de Familia y Comunitaria y agranda la problemática que suponen las jubilaciones en este ámbito. En concreto, se insiste en la necesidad de crear en España la Especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias, tal y como se ha hecho con la de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia.
En tercer lugar, ampliar el número de plazas de formación médica especializada en Medicina de Familia y Comunitaria para afrontar el relevo generacional, para lo que se precisa de un sistema de acreditación de unidades docentes más flexible y más ágil. Asimismo, se plantea la necesidad de revisar la normativa de requisitos de acreditación de unidades docentes en la especialidad de Medicina de Familia y de mantener abierta, de manera permanente, la convocatoria para la acreditación, entre otras cuestiones.
En cuarto lugar, una vez que el sistema de acreditación y el programa formativo de la especialidad estén reformados y permitan acreditar un mayor número de plazas, se propone llevar a cabo una convocatoria de plazas MIR extraordinaria en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. En este sentido, las comunidades que apoyan el manifiesto solicitan acordar con el Gobierno de España un plan extraordinario de formación para acometer un importante incremento de las plazas formativas, unas 1.000 anuales, que corrija la situación de déficit a la que abocan las previsiones de jubilación.
En quinto lugar, planificar en el futuro con más rigor la oferta formativa del Sistema Nacional de Salud, para lo que resulta fundamental la creación definitiva de un Registro Estatal de Profesionales Sanitarios que pueda orientar las necesidades de formación de especialistas para prevenir la aparición de déficits de profesionales de determinadas especialidades.
Por último, en sexto lugar, fomentar e implementar, a través del Plan de Acción Estatal, todas las medidas posibles que faciliten el desarrollo competencial del médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, dotándole de tiempo y espacio para recobrar su rol como eje vertebrador de la mejor atención integral de los ciudadanos.