El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha trasladado hoy su apoyo a la Plataforma en Defensa del Tren Santander-Bilbao y ha asegurado que mediará con el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, y con ADIF para que se ponga en marcha el plan de electrificación de una línea que, en su opinión, es “absolutamente tercermundista”.
“Es una realidad escandalosa, no tiene explicación en una zona desarrollada de España que en el Año Internacional del Ferrocarril la gente de Cantabria esté desprotegida de una comunicación que era mala y ahora es prácticamente inexistente”, ha lamentado Revilla al término de la reunión que ha mantenido en la sede del Gobierno de Cantabria con representantes de la asociación, que han acudido acompañados por el alcalde de Ribamontán al Monte, Joaquín Arco.
El jefe del Ejecutivo ha formalizado su adhesión a la causa plasmando su firma en el libro de la Plataforma, que ya suma más de 8.000 apoyos, de los que cerca de 550 proceden del municipio de Ribamontán al Monte.
Miguel Ángel Revilla ha reivindicado la importancia de este tren que durante tantos años “ha dado vida y desarrollo” a los pueblos de la zona oriental de Cantabria y también de la parte limítrofe de Euskadi, que ahora están “aislados” con una sola frecuencia de ida al día (la vuelta es al día siguiente) y un trayecto de más de 3 horas entre ambas capitales.
Además de la modernización de una “maquinaria obsoleta” y “averiada la mayor parte del tiempo”, el presidente ha pedido que se recuperen, “mínimo”, las tres frecuencias diarias de ida vuelta existentes previamente a la crisis del coronavirus, “que ya son pocas”, e incluso que suban a 5.
“Que un tren tarde ahora más que en el año 49 y que esté en las condiciones de falta de recorrido y de frecuencias como está ahora deja a una gran parte de las poblaciones que vienen en ferrocarril a estudiar y a trabajar a Santander en una situación incomprensible”, ha apostillado.
A su juicio, “esto es ir en la línea absolutamente contraria” al objetivo de luchar contra la despoblación rural, por lo que se ha comprometido a sumarse a las iniciativas que este colectivo lleve a cabo para reclamar una solución. Sin embargo, ha desvinculado este movimiento de la reivindicación de Cantabria de tener un tren rápido con Bilbao, que, según ha confirmado, va “por buen camino”. “Tienen todo mi apoyo. Me voy a sumar a todas las protestas que hagan, porque es una cosa escandalosa”, ha concluido.
Fernando Lobato, portavoz de la Plataforma, ha agradecido el apoyo institucional y la implicación de Revilla, que hasta ahora no han encontrado en el Gobierno del País Vasco, y ha reclamado unas frecuencias que atiendan las necesidades que tienen los habitantes de las zonas rurales para estudiar, trabajar o acudir al médico, entre otras.
“Vivimos en un entorno rural y queremos seguir viviendo y trabajando allí”, ha señalado.
Por su parte, Joaquín Arco ha incidido en las deficiencias de un servicio que “antes iba mal y ahora ya no funciona”, así como en el “desfase temporal” de máquinas que tienen 40 años, sufren constantes averías y, además, contaminan.
Tanto Arco como Lobato han subrayado que la prestación del servicio no puede justificarse en términos de rentabilidad económica como plantea ADIF, sino como utilidad pública para conectar las zonas rurales y contribuir a luchar contra la despoblación.
La Plataforma en Defensa del Tren Santander-Bilbao organizará el próximo día 16 de julio un acto en Santander para visibilizar esta problemática, al igual que realizó la semana pasada en Bilbao.