Unas 60 personas con caretas con el rostro del cantante Ramoncín han
irrumpido en la sede de la SGAE para protestar contra el canon que
establece la Ley de Propiedad Intelectual
y el modelo de negocio de la industria discográfica. Esta acción se
enmarca en la semana de lucha social que lleva a cabo el grupo Rompamos
el Silencio y que se inició el pasado lunes con la ocupación del antiguo cine Bogart.
Los hechos ocurrieron sobre las 13.15 horas, cuando los enmascarados entraron en el edificio, situado en la calle Fernando VI, lanzaron fotocopias de billetes de 100 euros y pegaron centimos en las puertas y el suelo de la entrada, al grito de "Luchar, crear cultura popular", "La creación se defiende compartiéndola".
Según relatan en su web, dos personas lograron colarse hasta el final de las oficinas y llegar hasta la puerta del despacho del presidente
de la SGAE, Teddy Bautista, con la intención de descolgar la pancarta
desde allí, pero fueron expulsados por varios guardias jurados.
Finalmente colocaron la pancarta en el exterior. Rompamos el Silencio
reclama una "cultura popular y la libertad de copiarse lo que uno
quiera", ya que no considera que las copias piratas creen tantos
perjuicios a la industria privada.
Condena de los hechos
Fuentes de la SGAE han confirmado esta acción y han señalado que
"estas personas no tenían autorización y han entrado gritando y
lanzando sus panfletos. Cuando les hemos requerido para que se
marcharan han salido corriendo y han abandonado el edificio, aunque han provocado algunos destrozos en la placa de la entrada. Hemos llamado a la Policía, pero cuando han llegado se habían marchado".
Los miembros de Rompamos el Silencio afirman que se han retirado sin
haber sido identificados por las fuerzas del orden, coreando los lemas
"La cultura no se vende", "Ladrones, la cultura no se vende", dejando la oficina de la SGAE "remachada de centimos, y la zona tapizada de fotocopias de billetes".
La SGAE ha condenado "todo acto de violencia, la falta de diálogo y
los ataques a la libertad de expresión". Por su parte, la Asociación de
Internautas también ha deplorado el incidente, pero reconoce que es
consecuencia de la situación actual.
Extraído de: elmundo.es