martes. 26.11.2024

Y lentamente con los compases finales del 'allegro assai' de la Novena Sinfonía de Ludwig von Beethoven fue coronada la más emotiva de las cincuenta y siete ediciones del Festival Internacional de Santander: la que conmemoró el cincuentenario de la muerte del director castreño, Ataúlfo Argenta, gran impulsores del FIS. La dimensión internacional de este músico quedó plasmada en la presencia encima de la tarima del maestro Zubin Mehta al frente de la Orquesta Sinfónica del Maggio Musicale Fiorentino, los solistas Ingrid Kaiserfeld (soprano), Anna Maria Chiuri (mezzo), Jörg Schneider (tenor) y Günther Groissböck (bajo) y el Orfeón Donostiarra.

La sala principal del Palacio de Festivales, que lleva el nombre de Ataúlfo Argenta, acogió un rotundo lleno y la entradas ya estaban agotadas desde días atrás. Ante la expectación suscitada por el concierto, el Palacio de Festivales habilitó una pantalla gigante en la sala Pereda, desde la que se pudo asistir en directo a la retransmisión del acto de clausura al módico precio de 12 euros por butaca.

Antes de dar comienzo el concierto, los cuatro hijos de Ataúlfo Argenta, encabezados por el incansable Fernando, y el nieto Ataúlfo (hijo de éste) recibieron un reconocimiento en el escenario al que se habían sumado todas las instituciones de la región, encabezadas por el Ayuntamiento de Santander y la Consejería de Cultura. Un emotivo acto que fue correspondido por una salva de aplausos por parte del público asistente. El presidente Miguel Ángel Revilla, concluyó el acto diciendo que «Argenta está entre los grandes hombres de Cantabria».

Los espectadores recibieron como obsequio un libro de sesenta páginas titulado '50 años sin Argenta' escrito por la profesora del Conservatorio Municipal, Rosa María Conde López, en el que se recoge una semblanza biográfica, apuntes musicales, fotografías y una partitura escrita por el propio Argenta para piano.

Zubin Mehta evocó los dos conciertos que vio dirigir al director cántabro en Viena: «Era estudiante y recuerdo lo ilusionante que fue estar escuchando a este maestro español al frente de la Orquesta Sinfónica de Viena». Mehta no dudó en afirmar que de no haber muerto joven Argenta hubiera sido uno de los grandes directores del mundo «y en concreto de una orquesta en Estados Unidos».

Ataúlfo Argenta, si hoy viviera, tendría 94 años y estaría retirado de los escenarios, pero podría haber visto anoche a su colega Zubin Mehta dirigir la Novena de Beethoven, se hubieran saludado afectuosamente en el camerino y se habría retirado a su Castro Urdiales natal para soñar con la música beethoveniana.

Extraído de: eldiariomontanes.es

Argenta in memoriam