'Carnaval veneciano' del carrocista Salazar, se alzó con el primer
premio de 5.400 euros en la 59 edición del desfile-concurso del Coso
Blanco, Fiesta de Interés Turístico Nacional, que se celebró el viernes
por la noche. El artesano repite. El año pasado, también lo logró. Su
cuadrilla celebró con alegría la victoria. No era para menos. Esta vez,
había mucha competencia. Dieciséis carrozas concurrían para conseguir
alguno de los 18 premios, lo que hizo más vistosa la tradicional fiesta
castreña.
La noche estuvo acompañada del buen tiempo y del buen humor, un cóctel
necesario para que la fiesta se traspase a los espectadores, unos
20.000 según apuntaron fuentes de la Policía Local que junto a
bomberos, Protección Civil y la DYA velaron por la seguridad, no sólo
en el recinto festivo sino en toda la localidad. A las 23 horas,
comenzaba la primera vuelta por el circuito del parque de Amestoy y la
Avenida de la Constitución. Los trabajos vestidos de tiras de papel,
color y brillantina se dejaron ver orgullosos en las 16 carrozas en la
noche mágica del Coso Blanco, una de las fiestas centrales del verano.
Que la festividad de San Fermín coincidiera con el desfile-concurso
castreño de carrozas, quedó en una anécdota. No restó público ni
animación a la festividad, como muchos hosteleros habían temido horas
antes.
Premios
Tras la carroza ganadora 'Carnaval
veneciano', quedó en segundo lugar uno de los seis trabajos de los
empresarios castreños Francis 2 'Otra dimensión', dotado de 4.800
euros. Su carroza consiguió, además, el premio a la originalidad (260
euros) y al mejor vestuario (384 euros). Sus otras obras consiguieron
el cuarto, sexto, séptimo, octavo y décimo lugar.
Regreso
Estos
carrocistas regresaban a las calles tras dos años de ausencia, debido a
su apretada agenda. El tercero de la noche fue para el incombustible
Quintana que con una colorista carraza llamada 'México' que levantó
muchos aplausos entre los asistentes. Entre charangas, peñas,
fanfarrias la banda municipal de Música, gaiteros y otras agrupaciones
musicales se mezclaron las espontáneas mujeres de la localidad vizcaína
de Bermeo, que echaron un pulso a sus homologas castreñas. Todas
bailaron entre carroza y carroza poniendo la nota salerosa a la fiesta
local con su buen humor. La noche transcurrió plácida entre cintas de
colores, y papeles blancos que volaban desde el público a las carrozas.
Extraído de: eldiariomontanes.es