Castro Urdiales se ha caracterizado a lo largo de su dilatada y rica historia, por ser una ciudad acogedora, donde la convivencia es uno de los símbolos básicos de su devenir a través de sus más de dos siglos de existencia, desde que los romanos la hicieron colonia con el nombre de Flavióbriga, hasta nuestro días. Nadie pone en duda que el turismo ha sido y es su principal medio de vida, aunque el Polígono Industrial de Vallegón mitigara en una parte, muy pequeña, el efecto de la fuente del turismo, éste sigue siendo y seguirá en el futuro, más bien lejano, esa catarata de ingresos que la ha encumbrado a un lugar de privilegio dentro del contexto puramente turístico.
Por ello, desde el área de Comercio y Turismo, sobre todo en los últimos años, se ha venido trabajando para no depender solamente del turismo de sol y playa, se ha trabajo muchísimo para dar a conocer las excelencias, los grandísimos tesoros que encierran gran parte de las Juntas Vecinales del Municipio castreño, yacimientos arqueológicos e industriales, procedentes estos últimos de la rede de ferrocarriles mineros que cruzaban de Sur a Norte y de Este a Oeste, la geografía del municipio, recordando aquellos años en los que la minería era, prácticamente, la primera fuente de sustento de todo el territorio castreño. Ahora esas vías, aquellos antiguos caminos de hierro, se están transformando en magníficas y maravillosas Rutas Verdes, más de 50 kilómetros de recorrido, para el disfrute de nativos y visitantes.
Sin olvidar la conservación de la tradicional zona monumental, el símbolo de Castro Urdiales, formado por la Iglesia de Santa María-Castillo Faro-Puente RomanoPeñón de Santa Ana, con un Plan Director en marcha para rehabilitar Santa María, a las puertas de convertir el Castillo Faro en el Museo de Castro y de la Mar, la próxima rehabilitación de la ermita de Santa Ana con su extraordinario yacimiento arqueológico en su subsuelo, la próxima unión de Santa Ana con el Castillo Faro a través de los dos puentes que se construirán y que fueron destruidos por los temporales marítimos a finales del siglo XIX; sin olvidar la rehabilitación de la zona de La Atalaya, convertida en un extraordinario mirador coronando unos acantilados impresionantes.
También la recuperación de cuevas increíbles, como las de Hoz, las de Urdiales, La Cubilla, todas ellas plagadas de maravillosas representaciones pictóricas que han provocado ya proyectos importantísimos para una futura apertura al público, con la seguridad que serán atractivos irresistibles al turismo rural y a los amantes de estas manifestaciones artísticas. Castro, ha pasado en los últimos años, de una población aproximada a los 15.000 habitantes, a los más de 31.000 actuales, siempre hablando de censados, porque si se incluyen los habitantes de hecho, estamos hablando de 55.000-60.000 durante nueve meses al año, ya que en los tres meses veraniegos, la población se dispara hasta los 80.000 habitantes. Motivo por el cual, el equipo de gobierno municipal está trabajando en firme con vistas a la mejora de infraestructuras que faciliten una vida de calidad a residentes y visitantes.