miércoles. 27.11.2024

En el devenir de los años, desde que en 1985 arrancara la Pasión Viviente que se viene realizando en Castro Urdiales, un año más se puede calificar como un inmenso imán de multitudes atraídas por una representación espectacular que, año tras año, ha venido adquiriendo caracteres impresionantes hasta el punto de desbordar, no sólo las fronteras regionales, sino también las nacionales, constituyéndose en la más importante manifestación cultural de la ciudad y máxima atracción de cara al turismo.

Miles de personas contemplaron las escenas.

Todo comenzó, en esta ocasión, con la habitual arenga del coordinador de la Pasión Viviente, Chechu Arozamena, a los más de 500 participantes, en el interior de la iglesia de Santa María a puerta cerrada, diciéndoles que “yo quiero que viváis intensamente vuestro papel; aquí no se trata ya de hacer un ensayo, se trata de demostrar a toda esa gente que ha venido de lejos que lo hemos hecho muy bien, la tarea la tenemos acabada y los deberes completos; así que os pido de corazón, que les deis un ejemplo porque ellos se portan bien con nosotros y ahí están haga frío o calor aunque no les veamos porque para vosotros no existen”.

Inmediatamente después comenzó a desarrollarse la Gran Historia, escena por escena, con puntualidad meridiana, ante la expectación de miles de personas que, una vez más, se aglomeraron en las inmediaciones de Santa María y el Castillo Faro, lugares en los que se desarrollaron las primeras escenas, Última Cena, Oración de Getsemaní, Beso de Judas, Prendimiento, Juicio del Senado Judío, Negaciones de Pedro, Arrepentimiento de Judas, siempre muy esperado y que volvió a causar sensación; los dos juicios de Pilatos y el juicio de Herodes que siempre constituye gran atractivo y, esta vez con una brillante actuación de todos sus intérpretes. Sin embargo, cabe ser destacada la Flagelación de Jesús, increíblemente real, en la que los latigazos quedaban grabados en la espalda del reo, observándose entre los espectadores escenas de intenso dramatismo.

Luego la Primera Caída, en encuentro con María Magdalena, para continuar con la siempre esperada, también, escena del encuentro con su Madre, emotiva e intensa, rodeada de dramatismo. Luego el encuentro con la Verónica, para dar paso a la Segunda Caída y la escena de Los Leprosos de increíble realismo en la que siempre se registra una gran concentración de público, aunque todo el recorrido está adornado con miles de personas.

 El encuentro con el Cirineo; luego el Encuentro con las Mujeres de Jerusalén y, a continuación, la Tercera Caída, para continuar el ascenso a la Atalaya (Calvario), para realizar la Crucifixión. La escena de la Crucifixión, resulta increíblemente impresionante por la fuerza del realismo, casi una hora de intensa tensión, donde más de 2.500 personas, en un silencio impresionante, siguen segundo a segundo, la Muerte de Cristo, gente de la que, muchas personas, sacan a relucir sus pañuelos para retirar de sus rostros lágrimas producto de esa tensión que se vive y que, en muchos casos, es imposible evitar que salga al exterior. Hacia las 14,35 horas, expiró Cristo, luego el Desprendimiento, María con su Hijo en brazos, para dar paso a la apoteosis final, la Resurrección de Cristo maravillosamente realizada, ante la ovación general de todos los presentes que también sirvió para desahogarse de la emoción vivida anteriormente.

La representación volvió a inundar la ciudad de gente.

La Pasión Viviente volvió a inundar la ciudad de gente. Ya desde las últimas horas del jueves comenzó a notarse la presencia de gran numero de vehículos en las calles y las aceras se veían transitadas por gran número de personas, notándose también en los establecimientos, que experimentaban una presencia de gente poco habitual.

Ya el Viernes Santo, desde primeras horas de la mañana, comenzaron a llegar vehículos y personas que, formando un río impresionante, se acercaban a los lugares más estratégicos donde se iba a desarrollar la Pasión Viviente, facilitado el acceso gracias al impresionante y efectivo dispositivo de seguridad desplegado a tal efecto. El tiempo acompañó en todo momento y a ello se debió la poca importancia, afortunadamente, de los casos que fueron atendidos a lo largo de la mañana.

De ahí que DYA Cantabria, atendiera a un total de 27 personas, en su mayor parte con lesiones leves, como por ejemplo, pequeñas contusiones o heridas, muchos de ellos actores de la propia Pasión Viviente, además de siete casos de desmayos y mareos, lipotimias en su mayor parte, que fueron evacuados en camilla hasta el puesto médico, donde todos ellos fueron dados de alta tras ser sometidos a reconocimiento médico y tratamiento, sin necesidad, afortunadamente, de evacuación a centro médico. La mayor parte de estos casos se dieron, como ocurre habitualmente, en La Atalaya (Calvario), donde, a pesar que esta vez no hacía excesivo calor, una vez más se registró un elevado número de atenciones debido al cansancio acumulado por el público, así como la emotividad de la escena representada. Finalmente, DYA Cantabria efectuó unas pequeñas curas a protagonista de Cristo y los dos ladrones al sufrir erosiones pequeñas heridas en espalda y rodillas.

Por su parte, Cruz Roja, atendió a dos personas con lipotimia, así como a otra con luxación de tobillo, y otra por una caída, no necesitando ninguna de ellas ser evacuada a ningún centro hospitalario. En cuanto a la lancha que cubrió la costa de Santa María y La Atalaya, no tuvo que efectuar ninguna intervención. Por otra parte, los establecimientos hosteleros trabajaron a tope durante toda la jornada y la animación en las calles de la ciudad fue, como siempre en un día tan señalado como éste, realmente extraordinaria.

Extraído de: elalerta.com

Espectacular éxito de la Pasión Viviente de Castro Urdiales