Los Campamentos Urbanos de Verano, organizados por el área de Educación y Cultura, que preside Concepción Carranza Ortiz, se desarrollaron con notable éxito en el colegio público San Martín de Campijo. Divididos en dos quincenas desarrolladas el mes de junio, la primera de ellas, comprendió del 1 al 15, comenzó con 81 niños y, según la edil «tuvo contenidos temáticos semanalmente, programando las sesiones adaptando los contenidos a los siguientes bloques: Ciencia divertida: Científicos de la mano: Música: Arte infantil (diferentes técnicas), Expresión artística (juegos), Inglés divertido, Animación a la lectura, Teatro, Juegos de ingenio y deportivos y Cine en inglés.
La metodología utilizada durante estas actividades estará centrada en el ocio, en la diversión y en los intereses del niño, ya que debemos tener en cuenta, en todo momento, que los niños están de vacaciones y que tienen necesidad de pasarlo bien. El estilo de animación será democrático y cooperativo (educar y aprender juntos), fomentando la creatividad, la capacidad reflexiva y de responsabilidad personal, la empatía e interés por el otro, y el fomento de la participación activa del otro como actor y protagonista de su propio desarrollo en un grupo marco.
Las técnicas utilizadas serán tanto el trabajo en grupo, como las relaciones interpersonales, y se llevarán a cabo tanto actividades libres como dirigidas. Las actividades se adecuarán al momento madurativo del niño y deberá, asimismo, responder a sus intereses y necesidades».
Belén Marcos es la monitora de gimnasio en el que «desarrollan juegos de ingenio y psicomotricidad, juegos con globos para que aprendan a relacionarse entre ellos y, además, a distinguir los colores».
Benigno Arriola, otro de los monitores de aula afirmó que «realizan actividades culturales, arte, ciencia, plástica, juegos de dinámica de grupo y populares, etc», para señalar que «de momento el taller de más aceptación ha sido el de construcción de instrumentos musicales, concretemante el primero que hemos construido ha sido unas maracas, teniendo como base botellas de plástico vacías, rellenas de pasta (arroz, macarrones, etc.), las han pintado exteriormente y las han adornado con cintas; luego se han divertido muchísimo haciéndolas sonar, cantando y bailando a su son».
Extraído de: elalerta.com
