Las fiestas de San Andrés tienen un marcado carácter gastronómico. Y lo
tienen gracias a dos protagonistas ya consagrados en en Castro
Urdiales: el besugo y sobre todo, por su precio más accesible, los
caracoles.
Las raíces de este evento local están vinculadas a una acostumbre de
los marineros que se remonta cuatro siglos atrás, aunque no se puede
precisar con exactitud ya que, como casi todas las tradiciones, sus
orígenes se pierden en la historia. Según Luciano Prada, director de la
publicación centenaria en la localidad 'La Ilustración', «hay
antecedentes por escrito desde hace cuatro siglos».
Con
documentos históricos en mano, la archivera municipal de Castro
Urdiales, Mari Carmen Galván, muestra un periódico semanal denominado
'Fray Verás', fechado en un lejano domingo del siglo XIX, el día 5
diciembre de 1897. Según el rotativo castreño y en la experta opinión
de Galván, «los marineros celebraban sus contratos verbales para
participar en las costeras del besugo, en la festividad de San Andrés,
nombre que se le dió más tarde a la Cofradía local».
Cuenta el
documento histórico que «terminado el convenio amistoso que alimentaba
a sus familias, los marineros lo festejaban con suculentas meriendas en
las que se imponían los caracoles como plato del día». Por todas las
partes se veían humear las 'caracoladas' que son el plato que los
grupos de marineros compartían diseminados por el puerto para celebrar
su empleo. Estas cuadrillas marineras, que completaban las tripulación
de invierno para pescar el suculento pescado, solían estar compuestas
por una veintena de marineros que, juntos, compartían los caracoles.
Según recoge el periódico, «en la fiesta abundaba el vino tinto y no
faltan las coplas del país y el tamboril».
Sin embargo, Luciano
Prada destacó que, a principios del siglo XX, «la fiesta era sólo
marinera y se centraba en las calles de San Juan y aledaños del
Consistorio. Se encendían barriles de brea para iluminar la fiesta que
ha ido evolucionando.
Desde 1950 el festejo se hizo popular».
Por último, se refirió a que el turismo sacó la fiesta a la calle y la
tradición gastronómica de San Andrés la recogieron todos los vecinos.
«Hoy la fiesta local es la antesala de la Navidad», concluyó.
Restaurantes y lonjas, sitios de encuentro
De aquellos tiempos en los que los trabajadores de la mar se reunían
cerca del puerto para comer los caracoles, ha habido algunos cambios.
En aquella época los marineros ni se imaginaban que siglos más tarde
miles de personas les emularían.
Y es que ahora, cuando la
ciudad cuenta con unos 30.000 habitantes censados y casi otros tantos
sin empadronar, en esta fiesta local miles de personas se reúnen en
torno a las mesas para comer, según mandan los cánones, caracoles y
besugo. Y qué mejor para comer que los buenos restaurantes de la
localidad castreña. Estos locales, y sobre todo los que rodean el
puerto castreño, cuentan por estas fechas sus listas de reservas al
completo. En ellos, se llevan días preparando estos platos que hoy
degustarán cientos de personas.
Lonjas
Aunque todo
depende del bolsillo. Otros muchos castreños, desde hace años, no
renuncian a los buenos platos y se proveen de caracoles y besugos para
llevárselos a casa. Luego, nada mejor que compartir el guiso.
Para
ello, se utilizan lonjas y domicilios privados en los que degustar
caracoles o besugo. Una opción sin duda más barata. Aunque todo vale si
es para festejar a San Andrés.
El besugo, segunda opción
El precio elevado del besugo, más caro por la cercanía de la fiesta de
Navidad, ha ido marcando, casi sin quererlo, la tendencia de que los
caracoles pasen a ser el plato central de las mesas castreñas. Pablo
Villasante, patrón mayor del Cabildo castreño, dice que lleva
celebrando más de cincuenta años la fiesta de San Andrés. «La he
celebrado toda mi vida, aunque no sé muy bien los orígenes de la
festividad que sí conozco desde siempre». Defendió la caracolada, pero
como pescador que es, opinó sobre el besugo. «Lo comerán sólo los que
alcancen a pagarlo», bromeó.
Villasante también ofreció un
consuelo a aquellos que no vayan a catar este pescado. «Los besugos ya
no son del Cantábrico. Ahora los traen desde el mar Mediterráneo y de
África». El responsable del Cabildo castreño quiso hacer una mención
especial a otro producto venido del mar: el chicharrón grande. «La
localidad castreña tiene tres platos tradicionales: el besugo, los
chicharrones y los caracoles», dijo.
Hoy, jueves, el patrón
acompañará al presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel
Revilla, y al resto de autoridades, como es habitual, a la misa mayor.
La cita será, como siempre, frente a la vieja Cofradía de San Andrés y
las autoridades serán precedidas hasta la iglesia de Santa María por el
pendón del santo y la Banda de Música municipal.
Extraído de: eldiariomontanes.es