Del 15 al 23 de marzo de 2007,Castro Urdiales tuvo el honor de acoger la I Bienal de Arquitectura Eladio Laredo & Leonardo Rucabado, homenajeando así a dos de los arquitectos más prestigiosos que ha dado la ciudad en toda su historia. Esta Bienal supone uno de los proyectos culturales más sólidos con los que cuenta esta comunidad. Pasados dos años, se inicia por lo tanto la segunda edición con la voluntad de convertirse en el evento más destacado de Castro Urdiales. Al igual que otras ciudades hubo propuestas que nacieron modestamente y con el tiempo se han convertido en una referencia decisiva, como en los casos del Festival de Cine de San Sebastián y del Torneo de Ajedrez de Linares.
En esta segunda ocasión la conmemoración del centenario del otorgamiento a Castro Urdiales del titulo de ciudad, ha determinado que la II Bienal Eladio Laredo & Leonardo Rucabado, tenga como motivo central, la vuelta a la ciudad histórica como eje articulador de un urbanismo sostenible para el siglo XXI. Esta reflexión que no es nueva, se convierte ahora en una propuesta inaplazable ante la dura crisis económica que vivimos. Se ha dado carpetazo definitivo a la etapa del urbanismo viagra y de la arquitectura mediática.
Es el momento para un nuevo modelo que deberá estar regido por el dominio de los poderes públicos y en razón de las necesidades colectivas, como motor de transformación y crecimiento frente a la irracionalidad de lo privado. Dentro de este nuevo escenario, poner en el centro la construcción de la nueva ciudad, la dinaminación y l a rehabilitación de la ciudad histórica, es la alternativa acertada para construir un urbanismo participativo y sostenible, conforme a las exigencias de la sociedad del siglo XXI.
Estas reflexiones son decisivas, porque lo que está en juego es el mismo destino de la ciudad de Castro Urdiales y Cantabria, con calidad de futuro y presidido por la innovación.
Gorka Pérez y Ignacio González Riancho son el comisario y el gerente, respectivamente, de la II bienal de Arquitectura Eladio Laredo & Leonardo Rucabado.
Extraído de: EL MUNDO
