Desde el año 1984, siempre a un nivel de superación envidiable, la ciudadanía castreña revive la Pasión de Cristo como uno de los acontecimientos más importantes del calendario religioso festivo del año. Un pueblo, prácticamente al completo, que sabe vivir este gran misterio religioso, sabiendo transmitir el profundo sentir, la identificación con el arte puro de la interpretación a través de más de 500 personas que han hecho, de la Pasión Viviente, algo suyo, la ilusión de alcanzar algo fuera de lo habitual, un contraste soberbio de la vida ciudadana de cada día, con la fe profunda en una creencia transmitida, maravillosamente a los demás. En resumen, un acontecimiento excepcional.
Más de 500 personas participarán en una representación que ha adquirido fama internacional.
Mañana Viernes Santo, a partir de las 10,00 horas, se levantará el telón tras más de cuatro meses de intensos ensayos, de grandes sacrificios, pero todo es poco para estas extraordinarias personas por la consecución del fin perseguido, que la representación de la Pasión Viviente, siga siendo la referencia de Castro Urdiales, a nivel regional, nacional e internacional puesto que su acreditadísima fama ha traspasado ya las fronteras de nuestro país.
La Asociación Cultural Pasión Viviente, a través de su coordinador general, Chechu Arrozamena, lo tiene ya casi todo ultimado y así lo manifiesta “a pocas horas de levantarse el telón, nos encontramos bien, la climatología nos está permitiendo el montaje de los decorados poco a poco, que es lo más importante para nosotros porque ya tenemos, prácticamente, casi motando todo, sólo a falta de cuatro detallitos pero que también son importantes”. Sin poder evitarlo, dirige la mirada hacia lo alto y reflexiona en voz alta “sólo nos falta que el Jefe nos eche una manita y el tiempo nos acompañe”.
En cuanto a posibles innovaciones señala que “en cuanto a decorados no presentamos ninguna, nos ha fallado poder plasmar en realidad una idea que traje de mi última visita a Jerusalén, donde me fijé en unos arcos preciosos, entonces he intentado construir siete para adornar las calles Torre de Vitoria y San Juan, recorrido habitual de la Pasión, pero la falta de presupuesto no lo ha permitido. Para el próximo año aumentará el presupuesto y, entonces, lo llevaremos a cabo porque va a constituir un éxito más en la andadura de esta representación”.
Arozamenna quiere enviar un doble mensaje, “primero a la ciudadanía castreña, a la que le pido que nos de fuerza y nos ayude en todo lo que buenamente pueda, hacer que se respete la representación en sí misma, algo muy importante. Segundo, a la gente que viene de fuera que respete el paso de la representación, que no ocupe lugares inapropiados que pueden interferir en su desarrollo y que hagan caso de los castreños cuando les digan que están mal situados, aunque estos no estén vestidos de acuerdo a la época, puesto que se nos han terminado los trajes y hay mucha gente que tenía la intención de participar”.
Jesús Angel Suárez Acebal, (Cristo), que ya desarrolló este papel el pasado año y repite por haber sufrido un accidente su sucesor, dice que “esta segunda actuación no cambia sustancialmente mucho respecto a la primera, quizás este año esté un poco menos motivado que el año pasado por motivos obvios, no obstante, debemos tener muy en cuenta que la vida de Jesús fue una y sigue siendo la misma y es muy difícil sustraerse a su misterio, a sus encantados y mensajes profundos que cada segundo nos transmite, meterse en la esencia del papel es un reto muy bonito y hasta sugestivo, por ello mi intención es conseguir esa simbiosis necesaria para dignificar tan sublime mensaje, porque la Pasión de Jesús fue y sigue siendo única. Eso sí, las ganas siguen siendo las mismas del pasado año. Intentaré superarme en todo lo posible”.
Papel muy importante.
Marién Gracia (María), es una activa componente del grupo de teatro local Tela Marinera, ha protagonizado papeles de toda índole social, pero “me faltaba interpretar a la Madre de Dios, sin duda el más importante de mi vida y, la verdad, ha supuesto muchísimo que se acordaran de mí en esta ocasión”. “Ahora mismo acabamos de terminar los ensayos generales en La Atalaya (Calvario) y aún estoy acongojada porque, ¡qué suerte!, he conseguido meterme de lleno en el papel y la emoción me ha embargado totalmente, han sido lágrimas de verdad, a lo que me han ayuda mucho Jesús Angel (Jesús) y David Fernández (Juan), que siempre están a mi lado”.
Extraído de: elalerta.com