El Aula de Patrimonio Cultural de la Universidad de Cantabria ha elegido la pátera de Otañes como ‘pieza del mes’ de marzo, en el marco de una iniciativa con la que se pretende dar a conocer elementos relevantes del arte mueble de Cantabria. En este caso se trata de una valiosa pieza de orfebrería que testimonia la ocupación romana de la región en los primeros siglos después de Cristo, semejante a un cuenco o plato y realizada en plata con elementos cubiertos de oro. La pátera de Otañes fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 2000 por su importancia como representante de la orfebrería hispanorromana. Actualmente, la pieza, que pertenece a la familia Torre de Otañes, está custodiada por una entidad bancaria y solo existen dos réplicas en metal en manos de particulares y un vaciado de yeso que se encuentra en el Museo de Prehistoria de Santander.
Descubierta por Antonio María de Otañes a finales del siglo XVIII en las ruinas del Pico del Castillo -entre los restos de la antigua Casa de Otañes, en Lastramala-, fue expuesta por primera vez al público en 1999 como parte de la muestra ‘Cántabros. La génesis de un pueblo’.
Cronología incierta
La cronología de la pátera de Otañes es incierta. Inicialmente se dató entre finales del siglo I y principios del II por las características estilísticas de sus figuras, una tesis que aún es la más defendida por los investigadores, aunque estudios posteriores la sitúan en el tiempo a finales del siglo II o inicios del III e incluso en el IV. Ha sido considerada como el documento iconográfico más importante de cuantos han aparecido en la Península relacionado con las aguas salutíferas, aunque no puede vincularse de forma definitiva con ninguna fuente.
En cuanto a su función, se le atribuye un carácter votivo, dedicada a la Salus Umeritana, la divinidad que personificaba la acción benefactora de la salud de la fuente de Umeri, aunque también es posible que fuese adquirida como recuerdo en el santuario de Umeri, de localización desconocida, y reflejaría de forma simbólica la importante actividad del termalismo y su asociación a cultos religiosos y al comercio con ciertas aguas de uso medicinal en la época romana.
Esta segunda hipótesis parece estar más en consonancia con las escenas que adornan la pátera, que representan la importancia de las aguas de Umeri, su comercio, el poder curativo y la concurrencia de gentes de distinto nivel social a la fuente. La forma de la pátera es simple, de base plana y paredes curvas de escasa altura. Está realizada en plata con recubrimientos de oro. El anverso está decorado con seis escenas en bajorrelieve relacionadas con la Salus Umeritana y en el reverso figuran la inscripción ‘L. P. Corneliani’ y las siglas P. III.
Escenas
En la parte superior se representa a la diosa de la salud con forma femenina, que con su mano izquierda sujeta una palma mientras apoya el brazo sobre una vasija de la que sale el agua que llega hasta un depósito. Al pie del estanque, en el centro de la pátera, se encuentra un personaje arrodillado que recoge agua con la vasija y rellena un ánfora. Más abajo, un joven vierte el agua contenida en un ánfora en un tonel para su posterior transporte en un carro de ruedas tirado por dos mulas. Estas tres escenas parecen tener una relación entre sí, mostrando el proceso de recogida y transporte del agua salutífera, lo que explica que formen el eje central de la pátera.
El resto de escenas hacen alusión al culto que suscita el manantial de agua, personificado en la Salus Umeritana y su valor curativo: un hombre apoyado en un cayado que realiza ofrendas a la diosa sobre un ara; bajo él se encuentra un anciano vestido con una larga túnica, sentado en un sillón de enfermo, que sostiene con su mano izquierda un trozo de pan, mientras que con la derecha coge una copa de agua medicinal que le ofrece un esclavo; y a la izquierda, un hombre de edad avanzada, barbado y vestido con toga, en actitud de hacer libaciones sobre otro ara.
Toda la información en la web del Aula de Patrimonio Cultural
En la web del Aula de Patrimonio Cultural, dependiente del Vicerrectorado de Extensión Universitaria, se podrá descubrir la procedencia de esta obra, las características que presenta, su historia, su posibles funciones… a través de un dossier realizado por Isabel Cofiño, doctora en historia del Arte por la UC y coordinadora del proyecto ‘La pieza del mes’. ‘La pieza del mes’ es una iniciativa puesta en marcha para divulgar el Patrimonio Cultural de Cantabria. El primer viernes de cada mes se pretende acercar a los ciudadanos de una manera divulgativa y comprensible un objeto mueble o un elemento singular del legado artístico con que cuenta esta región.
Extraído de: elalerta.com