La profesión de archivero municipal es un tanto desconocida para muchas
personas. Recopilar lo que algún día será información histórica es la
tarea que realiza María del Carmen Galván en el Archivo Municipal de
Castro Urdiales.
-¿Qué es un Archivo Municipal?
-Es la memoria histórica de una
ciudad. Si no existiera, nuestro pueblo no tendría la historia de
Castro, no tendría la memoria colectiva que representan los documentos.
-El archivo de Castro Urdiales se ha convertido en una referencia nacional en estos momentos.
-La
verdad es que Castro participa con su archivo en distintas reuniones o
consejos en cuanto a la política de archivos y la gestión se refiere.
En nuestro caso, Castro Urdiales participa en la mesa nacional de
archivos de Administración Local, con lo cual somos un poco pioneros.
Allí llevamos los trabajos que hacemos aquí y que sirven para que otros
muchos archivos puedan hacer nuestra práctica profesional.
-¿Cuál es la función más importante de este trabajo?
-En
estos últimos años, la producción documental a través de lo fácil que
es hacer reproducciones, es el colapso en los archivos. Yo creo que la
tarea fundamental de un archivero en la actualidad es valorar lo
verdaderamente importante para seleccionar lo que va a ser memoria
histórica en un futuro, poder conservarlo y no tener tantos gastos.
-El orden es fundamental.
-Los
documentos se producen ordenadamente. Es decir, si nosotros vamos a
hacer una solicitud, ese va a ser el primer documento de una
Administración Local, pero también se puede extrapolar esta solicitud
en cualquier administración. En definitiva que la documentación se
produce de manera ordenada, a veces quien la desordena es la propia
administración.
-¿Todos los datos los tiene metidos en la cabeza o es más importante saber buscarlos en el archivo?
-La
verdad es que el archivo no consta de datos, sino de documentos.
Documentos que ha producido en este caso nuestro Ayuntamiento. Con lo
cual no es que un archivero tenga todos los datos y sea el clásico
erudito, esa imagen que tenemos de una persona enciclopédica de la
sabiduría. Muchas veces me pregunta la gente como si fuera una
enciclopedia. No, para nada. Nuestro trabajo es científico, nosotros
organizamos y clasificamos los documentos con unas técnicas y unos
conocimientos previamente establecidos. Nosotros tenemos nuestros
cuadros de organización de la documentación que produce nuestra
institución, que es el Ayuntamiento.
-¿Se ha planteado escribir una novela histórica sobre Castro Urdiales?
-Pues
aunque parezca mentira, la función de los archiveros no es elaborar la
historia, sino poner las fuentes que nosotros tenemos para que otros lo
hagan. Por ejemplo, para que los periodistas las utilicen.
-¿Quién puede acceder al archivo?
-La
Constitución Española nos dice en el articulo 105 que todos los
ciudadanos tenemos derecho de acceso a todos los servicios y registros
administrativos. Cualquier ciudadano tiene derecho de acceder al
archivo. Eso sí, cada vez que nosotros accedemos a una consulta en el
archivo municipal también tenemos que proteger otros derechos como es
el de la intimidad o el de la imagen.
Las fiestas, documentadas
María del Carmen Galván hizo referencia a la importancia de almacenar
la información para conseguir tener una memoria histórica en perfectas
condiciones.
En este sentido habló de la reciente celebración
de las fiestas de San Andrés. «Tenemos referencias indirectas, pero si
es cierto que tenemos otra serie de fuentes documentales que poseemos
en el archivo, en este caso periódicos». El 'Fraiverás', en una edición
del cinco de diciembre de 1897, se refiere al festejo de San Andrés
cuando cada patrón de las embarcaciones castreñas contrataba a una
serie de marineros de su tripulación para iniciar la costera del
invierno. «Era un contrato verbal y lo sellaban con una merienda, un
compromiso que se cerraba a base de caracoles. De esta forma comenzaba
la costera del besugo», explicó Galván.
Otro dato relativo a las
fiestas de San Andrés son las ordenanzas de la antigua Cofradía. «Un
documento que lo confirmó el rey Felipe II. Fue publicado en el siglo
XIX en este periódico. Así cualquier ciudadano conocía las ordenanzas
de un documento histórico del siglo XVI» explicó Galván.
Extraído de: eldiariomontanes.es