La concejal no adscrita, Elisa Dopico Merino, señaló en conferencia de prensa que "hace unos días, por casualidad, nos informaron que durante las pasadas fiestas navideñas, en uno de los actos que organizó la concejalía de Educación y Cultura en el Polideportivo Pachi Torre, se hizo entrega de un libro sobre la mitología cántabra a los niños asistentes al Festival de Villancicos, como regalo muy especial, y digo muy especial, porque se trata de uno de los libros que hicimos conjuntamente el concejal Pedro Revuelta y yo con gran ilusión para todos los niños de Castro".
"Para nuestra sorpresa, nos informan que Concepción Carranza, como responsable de dicha concejalía, ordenó poner etiquetas de su concejalía para tapar nuestros nombres usurpando así, el trabajo de otras personas. Curiosamente, la autora de este libro, Elvira Crespo, intentó ponerse en contacto con la concejala de Educación y Cultura y nunca fue atendida. Por eso recurrió a otros concejales que, en definitiva, fuimos los que hicimos el proyecto y el trabajo".
"Pero, Concepción Carranza, sin ningún tipo de pudor ni de vergüenza, intenta limpiar sus constantes meteduras de pata adjudicándose los honores de regalar algo que ni tan siquiera, le interesaba, que no deja de ser una triste mezquindad".
"Lo que a nosotros, como concejales, nos parece mal, es que la señora Carranza tenga a los empleados a su cargo empleando el tiempo en tapar nuestros nombres con etiquetas de la Concejalía de Educación y Cultura y, por lo visto, esta señora no sabe o no quiere darse cuenta que los empleados del Ayuntamiento que trabajan en su departamento, reciben un sueldo de los impuestos de los castreños para que dediquen su jornada de trabajo y sus conocimientos en beneficio de todos, y no para que empleen el tiempo pegando etiquetas en un libro con el único objetivo de ocultar a los verdaderos promotores del proyecto."
Trabajar y hacer proyectos
Continúa diciendo Dopico Merino que la "señora Carranza, para usurpar e intentar engañar a los ciudadanos es capaz de cualquier cosa. Su obligación es trabajar y hacer proyectos por sus propios medios y no adjudicarse el trabajo de otros. Cuando la gente empiece a levantar las etiquetas verán quiénes han hecho el trabajo y, desde luego, no ha sido usted". "La prepotencia y la poca consideración demostrada a lo largo de la gestión política de esta Concejalía de Educación y Cultura, no tiene límites, pero tampoco respeto, ya no hacia la autora del libro y/o de los vecinos sino hacia los propios empleados al someterlos a semejante ruindad. Quizás hubiera hecho bien en preguntarnos porque parte de estos libros estaba destinada a ser repartida entre los niños de las Juntas Vecinales, y no se ha hecho. Por tanto, tendrán que esperar a otra ocasión gracias a la generosidad de la señora Carranza que parece desconocer que en
los pueblos, afortunadamente para el futuro de Castro, existen niños y niñas con el mismo derecho que los de Castro ciudad a tener libros para leer".
Réplica de Elvira Crespo
La escritora de cuentos infantiles, que viene colaborando desde hace años con el Consistorio castreño en diversas publicaciones que ha donado gentilmente, Elvira Crespo, salió al paso de estas declaraciones de Elisa Dopico, señalando que "desconozco quién está detrás de la señora Dopico que ha hecho unas declaraciones poniendo en mi boca palabras y actitudes que no he tenido".
"Coincidí con ella en la Seguridad Social, después de no verla en muchos meses. Ella había salido del Ayuntamiento, llevaba en la mano unos papeles y tenía mucha prisa porque se le colaba un señor en la fila de espera. Yo me había confundido de día y de médico, así que, tras unas palabras, ella entró en la consulta y yo me marché. Ambas hablamos de pie, sin tiempo material para sentarnos y, por supuesto, no era el momento adecuado para hacer ninguna confidencia en el caso que se hubieran tenido que hacer".
Aclaró más adelante que "sobre mis textos no necesito aclarar que no hubiera admitido ni grandes, ni pequeñas correcciones y sobre los preciosos dibujos que hicieron los niños y la ilustradora, sólo puedo añadir que están hechos perfectamente y, por lo tanto, no necesitaban el menor arreglo. Creo que hicimos una labor de conjunto perfecta, que fue aceptada de inmediato. Así que me pregunto ¿cuándo y dónde se ha trabajado tanto en ese libro?. Reconozco que, como todo el mundo, estaba muy ocupada en sus labores, redacté y puse en boca de la señora Dopico y del señor Revuelta, las palabras adecuadas para los niños y para el pueblo de Castro y, por lo tanto, al no esperar a que ellos me las dijeran, les quité la oportunidad de intervenir pero me pareció lo más rápido. Por lo tanto, no entiendo a qué vienen las declaraciones. Me han sorprendido mucho si tenemos en cuenta que los ejemplares ya habían sido entregados en la Concejalía hacía tiempo y sólo queda pagar a la imprenta su trabajo. Me han desconcertado más estas palabras porque la señora Dopico, no ha considerado, en ningún momento, que tenía una responsabilidad sobre su encargo y ha sido en cambio Concepción Carranza, la que se ha hecho cargo del asunto pagando a la imprenta editora".
Entregar los libros
"Poner una pegatina sobre las palabras de alguien que ya no está en el candelero me ha parecido una idea genial y correctísima y lo agradezco mucho ya que, al fin, se entregaron los libros que es de lo que se trataba". Finalizó diciendo que "todas las personas que me conocen saben con seguridad, que soy incapaz de hablar en esos términos y quiero aclararlo porque deseo eliminar cualquier concepto equivocado de lo que es la realidad, simplemente porque yo amo demasiado a Castro. No volveré a dar más explicaciones y, por supuesto, no admitiré réplicas e intentaré olvidar el desagradable incidente que me ha hecho, eso sí, conocer mejor a ciertas personas que yo creo no merecer la pena. Se está siguiendo una línea no sólo con faltas de respeto a la autoridad, sino con faltas de educación a la persona y se está demostrando un inconformismo en aceptar los propios errores. No podría caminar con la cabeza alta y por ahora camino mirando al cielo, señora Dopico" concluyó la escritora Elvira Crespo.
Extraído de : eldiarioalerta.com