El Ayuntamiento de Castro sentó ayer las bases para acabar con los endémicos problemas de abastecimiento de agua potable que soportan el casco urbano y sus nueve pedanías. El Pleno aprobó por unanimidad la puesta en marcha de un ambicioso plan director valorado en 25 millones de euros para renovar las instalaciones y garantizar el suministro a todos los hogares. La Corporación también ha puesto en marcha una actuación similar con las redes de saneamiento de fecales, aunque en este caso su coste será mucho menor, 5,5 millones.
Desde hace dos años, el centro de la localidad cántabra ya es objeto de mejoras puntuales que han logrado normalizar el servicio, pero el resto de núcleos urbanos soportan graves carencias. En Lusa y Ontón el agua no es potable, y los grifos de Otañes expulsan con frecuencia «un líquido marrón» que los habitantes se muestran reacios a ingerir. «Era necesario tomar medidas para acabar con estos problemas históricos», subrayó el alcalde, Fernando Muguruza.
El regidor reconoció que las soluciones no serán inmediatas, ya que el plazo límite de ejecución de los trabajos es 2025, «pero queremos empezar las primeras actuaciones antes de fin de año». «Ahora ya tenemos un diagnóstico preciso de los puntos negros existentes en Castro y será mucho más sencillo planificar las obras a realizar», añadió.
Uno de los proyectos estrella del programa municipal será el futuro depósito del monte de Kueto, que garantizará el suministro a Lusa, Santullán y el barrio de Cotolino. Esta actuación sufre ya numerosos retrasos, ya que empezó a tramitarse en 2004, pero quedó paralizada al ubicarse su futuro asentamiento en un área de protección ecológica. Tras numerosas gestiones, el Gobierno cántabro dio luz verde a su ejecución hace unos meses con la aprobación de un plan especial que ya contempla estas instalaciones.
El concejal de Juntas vecinales, Iván González, subrayó que el objetivo es acometer numerosas mejoras «a corto plazo». Entre ellas destacó la conexión de la red entre Mioño y Ontón, la construcción de otro depósito de 1.500 metros cúbicos en Sonabia, una estación de tratamiento de agua potable en Baltezana, habilitar un grupo de bombeo en Cerdigo o dar una solución a Oriñón, «que ahora coge agua directamente del subsuelo».
El problema de Santullán
El Ayuntamiento de Castro también se ha propuesto acabar con el problema que vive Santullán, la única pedanía que sigue funcionando al margen del control municipal. El concejal de IU, Salvador Hierro, solicitó ayer el inicio de los trámites técnicos y jurídicos necesarios para «salvaguardar los intereses municipales y las competencias del pleno» tras denunciar que el alcalde pedáneo, Julián Revuelta, «ha usurpado las funciones de la Corporación» al firmar un convenio con la empresa Sacyr Vallehermoso, que construye 240 viviendas en la zona, para garantizar el suministro de agua a la nueva promoción «a cambio de un canon anual».
Extraído de: elcorreodigital.com
