Los dos niños de Castro Urdiales que permanecen ingresados en la UCI
del hospital vizcaíno de Cruces continúan en estado grave, uno de ellos
con una ligera mejoría y el otro sin cambios.
Por su parte, los dos pequeños que se encontraban en observación en el
mismo centro hospitalario del País Vasco, han recibido ya el alta, el
primero el lunes por la tarde y el segundo ayer martes.
De entre
los dos que permanecen en la UCI, el que ha experimentado una “ligera
mejoría” es el que presentaba un pronóstico más grave, mientras que el
otro se mantiene grave y sin cambios, informó ayer martes la Dirección
General de Salud Pública del Gobienro regional.
En los cultivos
que se les han realizado sigue sin aislarse el estreptococo pyogenes
que fue el causante de la muerte, por shock tóxico, de una niña de dos
años que acudía a la misma guardería.
Lo que sí se ha
localizado en el caso de uno de los dos pequeños ingresados en la UCI
es otro estreptococo de la misma familia, pero dado que se trata de
algo común la presencia de estos gérmenes en los humanos no se sabe aún
si “añade” algo a la comprensión de lo sucedido.
Según explicó ayer la consejera de Sanidad y Servicios Sociales del
Gobierno cántabro, Rosario Quintana, lo sucedido “sigue siendo una
incógnita científica” y por ello se sigue trabajando en la búsqueda de
una explicación.
Si finalmente no se consiguiera aislar el germen en las muestras
tomadas a los dos niños, lo más probable es que se atribuya también al
mismo que provocó la muerte de la otra pequeña, ya que la coincidencia
de los casos en el tiempo, el hecho de que acudieran a la misma
guardería y las edades similares de los afectados hace que
“epidemiológicamente” se piense que todos los casos han sido causados
por ese germen marcado por un “comportamiento particularmente agresivo”.
En cualquier caso, la consejera de Sanidad, Rosario Quintana, recalcó
que el cierre de la guardería no implica que exista en ella ninguna
anomalía ni quiere decir que el germen se encuentre en sus
instalaciones, ya que se trata de un germen que habita en la garganta
de las personas.
Con el cierre de la guardería lo que se pretende es evitar que quienes
acuden a ella estén en contacto, hasta que el tratamiento que se les ha
puesto a los niños, cuidadores y familiares, haga que el germen
desaparezca de las gargantas de aquellos que pudieran portarlo.
Finalmente, preguntada sobre la peculiaridad de lo sucedido, la
consejera recordó que estos “brotes particularmente malignos de cuadros
tóxicos por esta bacteria aparecen aisladamente”, pero el caso cántabro
no es el único.
Como ejemplo, aludió al caso de la bacteria asesina de Inglaterra y a
otro en Minnesota, donde afectó a alumnos de una guardería.
Extraído de: eldiarioalerta.com