Los vecinos de Ricardo S. llevaban mucho tiempo quejándose del mal olor que se colaba por las escaleras y el portal. Sabían que el hedor provenía del segundo piso, donde este soltero de unos 60 años vivía solo con su perro. Casi por accidente, una de las propietarias pudo intuir la ingente cantidad de basura que el hombre tenía acumulada cuando le abrió la puerta de su domicilio hace año y medio. Pero en el bloque nadie imaginaba que su «abandono personal» les acabaría poniendo en peligro. Recuerdan que él antes no era así. Iba siempre «como un pincel», tenía contratada a una señora de la limpieza y «solía ir de caza con sus hermanos». Sin embargo, hace unos cuatro años, Ricardo «fue dejando de lado su vida familiar y social» y empezó «a hacer cosas raras».
Nadie sabe aún con certeza qué ocurrió, pero el lunes su piso fue pasto de las llamas. El incendio obligó a desalojar a las trece familias que convivían con él en el número 13 de la calle Leonardo Rucabado de Castro. El fuego se cebó con la cocina y la sala de estar. Si bien las causas del siniestro aún están siendo investigadas, los Bomberos señalaron ayer que toda la casa estaba «llena de basura» y que también encontraron «bastante material pirotécnico».
La combustión de esa ingente cantidad de desperdicios provocó una densa humareda que disparó los niveles de monóxido de carbono en todo el bloque. Por ello, las autoridades no permitieron a los vecinos volver a sus hogares hasta las 23.30 horas, y les recomendaron dormir fuera del edificio esa noche. De ahí que les ofrecieran la posibilidad de cenar en un restaurante y pernoctar en una pensión cercana. Pero la mayoría optó por acudir a casa de familiares.
Varias llamadas a la Policía local y a los servicios de emergencia activaron un amplio dispositivo que reunió pasadas las siete y media de la tarde a agentes de la Guardia Civil, bomberos, efectivos de Protección Civil y la DYA. Todos los vecinos del bloque, de siete alturas, fueron desalojados como medida preventiva. Ninguno de ellos resultó herido, aunque un policía local tuvo que ser atendido por los sanitarios a causa de una intoxicación leve por inhalación de humo.
Hinchado y con calvas
Cuando los bomberos lograron sofocar las llamas en la cocina y la sala del segundo derecha, comprobaron que la casa estaba «llena de basura» y había abundante «material pirotécnico», que fue retirado por la Guardia Civil.
Esa misma noche se puso a Ricardo en manos de los servicios sociales. Su perro, que presentaba un aspecto muy deteriorado -estaba hinchado y tenía calvas en el pelo-, fue trasladado a un centro de protección de animales de Laredo. Todo parece indicar que el hombre sufre el 'síndrome de Diógenes', un desorden del comportamiento que suele afectar a personas de avanzada edad que viven solas y se caracteriza por un total abandono personal, social y el aislamiento voluntario en el hogar.
Extraído de: elcorreodigital.com