Dos mayores de Castro Urdiales han vivido este lunes una jornada para olvidar en el Hospital Marqués de Valdecilla de Santander
El día arrancaba como tantos otros lunes de quimioterapia: madrugón, transporte en ambulancia y para el hospital de día a recibir la sesión semanal de "quimio".
"La mañana transcurrió bien, pero la cosa se complicó a la hora de volver a casa" explicaba Jaime, de 75 años y marido de Loly, de 74 y enferma de cáncer.
"A las tres de la tarde, y una vez terminado el ciclo de quimioterapia de mi mujer, nos dirigimos al mostrador que coordina las ambulancias para solicitar nuestro transporte de vuelta" relataba.
"Ya estamos acostumbrados a que algunos días haya que esperar más y otros menos, sabemos perfectamente que no se trata de un servicio de taxi ni a la carta y que a veces hay que esperar hasta dos y tres horas para poder optimizar los viajes, pero lo de hoy se lleva la palma" continuaba.
"Tras tres horas esperando, sobre las seis de la tarde, nos acercamos al mostrador para ver qué pasaba y porqué había tanto retraso. Nos indican que ha habido un fallo informático y que no aparecíamos en el sistema pero que no nos preocupásemos que enseguida se solucionaba".
"Pasado un rato sale una ambulancia hacia Laredo. Preguntamos si es posible aprovechar el viaje y alargarlo un poco para ir hasta Castro pero nos indican que no es posible, que esperemos que en breve llegará nuestra ambulancia, cosa que hacemos, qué remedio" señalaba.
Continuaba relatando Jaime que "pasadas las ocho, cuando ya llevamos más de cinco horas esperando con mi mujer sentada en la silla de ruedas y hecha polvo tras el madrugón y la sesión de quimio, sale una ambulancia para Otañes con dos personas. Como hay plazas de sobra, le decimos al conductor que aprovechen el viaje y nos deje en Castro, que le coge de paso, a lo cual se niega. Le pedimos por favor que llame a la empresa y lo comente pero nos insiste en que él solo cumple ordenes y que no va a llamar a nadie, que sigamos esperando y que, si queremos, pongamos una queja en el mostrador".
"A las diez de la noche, ya completamente solos en la sala y tras más de siete horas esperando, nos informan de que el hospital va a cerrar, y nos trasladan de Valdecilla Sur a la zona de urgencias, insistiendo en que no nos preocupemos que en cualquier momento vienen a por nosotros... cosa que termina ocurriendo a las 00:15 de la noche, tras más de nueve horas de espera" señalaba.
"Cualquier persona que haya pasado por quimioterapia o que tenga algún familiar que haya pasado por ello sabe lo que suponen nueve horas en una silla de ruedas después de la sesión y de haberte levantado a las seis de la mañana para ir desde Castro al hospital de día. No venimos al hospital por gusto, venimos porque mi mujer está enferma de cáncer y además somos gente mayor, sin recursos como para coger un taxi o un hotel para pasar la noche. No hay derecho a que se nos trate así a los usuarios del Servicio Cántabro de Salud", continuaba,
"Es una pena que por descoordinación o guerras internas en las empresas adjudicatarias del servicio de ambulancias seamos los pacientes los que tengamos que sufrir estos percances y retrasos cada dos por tres. Hoy nos ha tocado a nosotros, pero mañana serán otros los pacientes que tengan que pasar por esto, por eso mi mujer y yo pedimos a quien corresponda (políticos castreños y regionales, directivos del hospital, etc, etc) que no miren para otro lado y que tomen cartas en el asunto, y también pido a los medios de comunicación que se hagan eco de esta situación para ayudarnos a visibilizar el problema y con suerte, a solucionarlo" finalizaba.