 | Cinco meses después de que fuera arrojado por su presunto asesino en los acantilados de Langre, el cuerpo de Borja Obregón Becerril apareció en un lugar no determinado de la costa francesa de Las Landas. Sucedió hace tres semanas. Ayer, el delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez, comunicaba a la familia del desaparecido que las autoridades francesas, tras realizar una serie de pruebas, habían confirmado la identificación del cadáver. |
«Ha sido un alivio para la familia», señalaba ayer Miguel Ángel López Villar, alcalde de Castañeda, en cuyo municipio viven los padres de Borja Obregón. «Después de cinco meses y medio de calvario velando un cadáver que no aparecía, ahora van a poder llorarle y enterrarle».
En La Cueva, localidad donde está situado el domicilio familiar de los Obregón, se espera, además, que la aparición del cuerpo «dé luz al caso», en boca de López Villar, pues la autopsia puede aportar nuevos elementos para la investigación «que ayuden a hacer justicia y que todo su peso caiga sobre quienes participaron en el caso o lo sabían».
Dos casos
El principio del final de este trágico suceso, por el que está en prisión una persona, se comenzó a escribir a mediados de marzo. Por aquellas fechas, las autoridades de la región de Aquitania, a la que pertenece la costa de Las Landas, comunicaron a las de las zonas próximas la aparición de un cadáver; desde Cantabria la Guardia Civil notificó y remitió documentación sobre dos casos: el de Wolfgang Hase, el joven alemán desaparecido a finales de noviembre en Castro Urdiales, y el de Borja Obregón, que el 20 de octubre pasado fue arrojado al mar en Langre por su presunto asesino.
Además, se preguntó por la ropa que conservaba le cadáver. Conforme a la información recibida, la novia de Borja reconoció que las prendas le resultaban familiares. Esta evidencia hizo que se enviaran a Francia los perfiles de ADN tomados al padre de Borja, y en el cotejo con los del cuerpo aparecido la similitud, al parecer, es total. Lo siguiente fue la confirmación oficiosa, que llegó el jueves a Santander, y ayer se le trasladó a la familia.
Todavía quedan pasos que dar conforme al protocolo de actuación en casos de este tipo: faltan las notificaciones policial y judicial francesas; con ellas en el juzgado de Instrucción y Primera Instancia de Marina de Cudeyo, el juez que lleva el caso habrá de solicitar la repatriación del cadáver. Y, un vez el cuerpo en Santander, queda por hacer la autopsia, un examen que puede aportar pruebas e información importantes para determinar, reconstruir y desentrañar cómo fue la muerte de Borja.
Con las festividades religiosas por medio, estos trámites pueden llevar más de una semana y el entierro podría demorarse diez días. Cuando se sepa la fecha, el Ayuntamiento de Castañeda decretará dos días de luto oficial.
Extraído de : eldiariomontanes.es
