La Audiencia de Cantabria condenó ayer a dos años de prisión a un
hombre acusado de haber agredido sexualmente a una mujer en un portal
de Castro Urdiales, después de que el procesado y el Ministerio Fiscal,
que inicialmente pedía una pena ocho años, pactaran la condena.
Esta reducción sustancial de la pena se produjo ante la falta de
pruebas sobre la existencia de la penetración vaginal y las dilaciones
indebidas en la tramitación de la causa, iniciada en 1998.
Tras el acuerdo previo alcanzado con la acusación pública, el reo
se declaró autor de los hechos. Admitió que atentó contra la libertad
sexual de la joven, pero negó el acceso carnal. El Código Penal castiga
con la pena de prisión de uno a cuatro años este delito, y con seis a
12 años cuando la agresión sexual se produce con penetración. Ante las
dificultades para probar la violación, el Ministerio Público decidió en
el último momento acusar al procesado de un delito de agresión sexual
genérico. Admitió también la existencia de un retraso injustificado en
la tramitación del procedimiento. Ambas circunstancias permitieron
rebajar la pena a dos años, condena que evitará el ingreso en prisión
del procesado, ya que carece de antecedentes penales. Sí tendrá que
pagar a la víctima una indemnización de 8.000 euros y mantenerse
alejado de la víctima durante los próximos cuatro años.
En el portal
El acusado Enrique O. C. reconoció que sobre las 6.20 horas del día
14 de febrero de 1998 siguió a la mujer hasta su domicilio, en Castro
Urdiales. Cuando iba a entrar en el portal, la empujó y, ya en el
interior, la tiró sobre las escaleras y la inmovilizó. Después la rasgó
las ropas y la desnudó. Cuando la mujer intentó escapar, se golpeó la
cabeza con la escalera y perdió el conocimiento durante unos minutos.
Inicialmente el fiscal sostuvo que durante este breve tiempo fue
aprovechado por el reo para penetrarla vaginalmente, pero ayer estimó
que no había pruebas de ello.
Cuando la chica recuperó la consciencia, el acusado ya había
abandonado el lugar. Una hora antes de producirse los hechos, Enrique
había protagonizado un incidente en el club donde trabajaba la víctima,
lo que motivó su expulsión, tras lo cual amenazó a los responsables.
Un juzgado lento
Hasta en cuatro ocasiones ha tenido que reconocer el Ministerio Fiscal
dilaciones indebidas en el Juzgado de Castro Urdiales en causas
instruidas en los años noventa y rebajar la petición de condena.
Extraído de: eldiariomontanes.es