Eran las 22:15 horas del día de ayer, cuando Pedro y José se percataban que de a bordo de una embarcación de recreo, subida en los carros varaderos de San Guillén, salía un humo intenso y bastante sospechoso. Sin pensárselo dos veces, se acercaron hasta la embarcación para interesarse de donde procedía el humo. “Estaba pescando y de repente he visto salir humo de la embarcación, y me he acercado a ver que pasaba, cuando he llegado en compañía de José, hemos visto que había fuego en los respiraderos de gases de los tanques del gasoil”. Era el testimonio de Pedro, un vecino de Castro que ha evitado, junto con José una verdadera tragedia en los carros varaderos de San Guillén.
La embarcación siniestrada se llama Ibai Alai, de 22 metros de eslora, fabricada con poliéster, y pertenece a la compañía Bilboats. Hace paseos turísticos en la ría de Bilbao, concretamente desde el Ayuntamiento de la capital hasta el Puente Colgante de Portugalete, y cuando el tiempo lo permite, bajan hasta el mismo abra. Fue adquirida hace siete meses en los astilleros Altai de Orio (Guipuzcoa), y había recalado en Castro para darle patente al casco. “Hemos traído la embarcación a Castro, porque Isidro nos había recomendado este lugar, nos había dicho que el carro era nuevo e ideal para subir la embarcación, y mira por donde, a poco más nos la arman”, comentaba para este medio un tripulante de la embarcación.
“Cuando íbamos hacia la embarcación, hemos visto salir corriendo a dos chavales con mochilas a la espalda y con la cabeza tapada con la capucha del chaquetón, pero no les hemos visto la cara, han escapado por el Puente Romano”. “Al llegar, nos hemos percatado de que a bordo había fuego, no sé como hemos subido a bordo, no nos preguntes como lo hemos hecho, que no lo sé, hemos cogido los extintores del barco y otros que nos han traído los remeros de La Marinera y hemos apagado el fuego, cuando han llegado los bomberos, ya lo habíamos apagado, pero ellos se han percatado de que todo estaba en condiciones”, nos comentaba José Brasaola Lazcano, un marinero que había bajado a la embarcación en donde trabaja, para preparar las redes para el día de hoy.
La compañía ha puesto la pertinente denuncia en el Cuartel de la Guardia Civil esta mañana, y los tripulantes de la embarcación han trabajado hasta bien avanzada la tarde para terminar de dar patente al barco y llevarlo de vuelta a la ría. “Nuestra intención era terminar mañana, pero nos da miedo dejarlo aquí esta noche”. “Ayer, después del siniestro, se quedó Pedro a cuidarlo, el que evitó la tragedia, y esta noche se iba a quedar un tripulante, pero hemos decidido terminar y marcharnos para casa, nos da verdadero pánico dejarlo aquí”, nos afirmaba Isidro, un marinero que trabaja en la ría de Bilbao, amigo de los tripulantes del barco.