La sección primera de la Audiencia de Cantabria ha ordenado a las
fuerzas de seguridad que procedan a la búsqueda, detención e ingreso en
prisión de un ex guardia civil que fue condenado en 2005 en sendas
sentencias a un total de 24 años y medio de prisión y se encuentra en
paradero desconocido.
El condenado José Ramón M. A., de 35 años, recurrió en casación ambas
condenas -de 19 años y medio y cinco años de cárcel respectivamente- al
Tribunal Supremo, que el pasado mes de marzo rechazó los recursos,
alcanzando firmeza las condenas.
Cuando la Audiencia de
Cantabria citó al condenado para ejecutar las penas e ingresarle en
prisión, se encontró con que el reo se encuentra en paradero
desconocido para eludir la acción de la justicia. Hace meses que el ex
guardia civil no vive en el domicilio facilitado a los tribunales. Ante
esta situación la Audiencia ha ordenado su busca y captura para que
cumpla las penas impuestas.
El ex agente de la Benemérita fue
condenado a más de 19 años y medio de cárcel por secuestrar y herir,
pistola en mano y encapuchado, a un matrimonio que se encontraba en su
casa, situada en Cabaña Sierra (Guriezo).
Paliza y secuestro
José
Ramón M. A. había sido condenado un mes antes a cinco años de cárcel
por haber dado una paliza e intentado de secuestrar a una pareja en
Castro Urdiales en agosto de 1999.
El hijo del matrimonio,
que también fue golpeado por el condenado, que actuaba con un cómplice,
logró escapar y denunciar los hechos ante la Guardia Civil de Guriezo.
En julio de 2001 apareció asesinado en Carranza (Vizcaya), un crimen
que está sin resolver.
Los guardias civiles que le tomaron
declaración el mismo día de los hechos declararon que identificó al ex
guardia civil José Ramón M. A. como uno de los dos encapuchados.
También se lo contó su madre, a quien le confesó qué conocía a uno de
los asaltantes.
Pero además, el fugado había sido llamado a
declarar como imputado en otro juicio señalado para el pasado 5 de
abril como presunto autor de un delito de robo con violencia e
intimidación, otro de amenazas y una falta de lesiones, vista a la que
no se presentó en su día.
El condenado se encontraba en libertad provisional, a pesar de las graves condenas.
Extraído de: eldiariomontanes.es