8 de septiembre de 2008, 11:04
«Se quedó dormido con un cigarrillo encendido en la mano y prendió el colchón». Ésa es la principal hipótesis que barajaban ayer fuentes de la investigación para explicar el incendió que obligó a desalojar a 28 familias de un céntrico bloque de viviendas de Castro Urdiales. Apenas se produjeron daños materiales, pero un vecino que entró al piso a intentar sofocar las llamas sufrió quemaduras de primer grado en la cara y en ambas manos.
Las alarmas saltaron poco antes de las dos de la tarde. Varios vecinos del número dos de la Bajada del Chorrillo alertaron de que salía humo del segundo piso del inmueble, donde reside un hombre al que, según fuentes solventes, se le conocen varios episodios relacionados con las drogas.
Hasta el lugar de los hechos se desplazaron de inmediato efectivos de la Policía local, la Guardia Civil y los Bomberos. Sin embargo, antes de que los profesionales accedieran a la vivienda, uno de los vecinos del bloque entró en la casa y trató de apagar las llamas por su cuenta. El gesto le costó diversas quemaduras de primer grado en la cara y las manos que precisaron asistencia médica. Tras recibir una primera atención de urgencia, fue trasladado por una ambulancia del 061 a un centro sanitario.
Cuando los bomberos llegaron al piso, se encontraron un colchón y algo de ropa ardiendo en una de las habitaciones. Previamente, los bomberos había decidido desalojar a las 28 familias que residen en el bloque, de siete alturas, «por precaución».
Llamas controladas
Los profesionales no tardaron en sofocar el fuego, evitando así que las llamas se extendieran a otras estancias. Por ello, todos los vecinos pudieron regresar a sus hogares al poco tiempo. Según precisaron fuentes de la investigación a este periódico, las primeras pesquisas apuntaban a que el inquilino del piso pudo quedarse dormido con un pitillo encendido en la mano que prendió el colchón.
Hace apenas quince días, otras 42 familias de la urbanización Las Palmeras, situada en la calle Menéndez Pelayo, tuvieron que abandonar sus casas en plena madrugada al declararse un incendio en el sexto piso. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales, aunque la vivienda donde se originaron las llamas quedó completamente calcinada. Además, los pisos inferiores de la misma mano se vieron anegados por el agua empleada para extinguir el fuego. En aquella ocasión, 17 vecinos del bloque, ocupado en su mayoría por veraneantes vizcaínos, se vieron obligados a pernoctar en un hotel de Mioño, si bien pudieron volver a sus casas al día siguiente. Al parecer, la causa del siniestro fue un cortocircuito.
Extraído de. elcorreodigital.com
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