CastroVerde quiere manifestar su apoyo y solidaridad con la concejala socialista Begoña Vega, quien fue expulsada hoy del pleno del Ayuntamiento de Castro Urdiales por el alcalde, Iván González Barquín.
El partido considera “lamentables” los hechos ocurridos durante la sesión ordinaria de febrero y recuerda que “desgraciadamente, esta no ha sido la única muestra de abuso de autoridad por parte del regidor del Partido Popular, ya que desde el principio de la legislatura hemos sufrido actitudes de este tipo e intentos de limitar nuestra libertad de expresión”.
CV recuerda la distribución arbitraria de los turnos de palabra y los tiempos de intervención de cada concejal por parte del alcalde, “demostrando su incapacidad para dirigir los debates correctamente”. “Apostilla y malinterpreta las intervenciones de los demás, incluso de los técnicos municipales, con sus propias y sesgadas opiniones, abusando de su posición como presidente de la corporación”.
Además, en esta sesión plenaria “hemos sido testigos de los impedimentos y trabas que ha puesto a los derechos de información y acceso de los ciudadanos, exigiendo la documentación a los que han querido grabar los plenos y limitando el número de asistentes”.
El partido verde considera comprensible que el alcalde ejerza el papel de moderador, pero “lo sucedido hoy resulta contrario a las más elementales normas de comportamiento democrático, a la vez que supera lo acontecido hasta ahora y hace temer unas consecuencias indeseables en los sucesivos plenos. La expulsión de la concejala del PSOE ha sido un acto gratuito y provocador, además de irrespetuoso, injusto e incluso ilegal”.
Por ello, CastroVerde ha trasladado al final de la sesión un ruego para que se apruebe de una vez un Reglamento de Funcionamiento del Pleno castreño, de modo que existan unas reglas que eviten la arbitrariedad. “Esperamos y deseamos que hechos como los que denunciamos no vuelvan a ocurrir, que el alcalde pida disculpas y rectifique estas actitudes y que la tan repetida frase de la normalidad política en Castro, en lugar de un eslogan, acabe siendo una realidad”.