El alcalde de Castro Urdiales, Fernando Muguruza Galán, aseguró ayer que en el pleno del pasado sábado optó por la “desobediencia” a las instrucciones de su partido y logró hacerse con la Alcaldía con el apoyo del PP y de Acuerdo por Castro (AxC) por razones “justificdas”, entre otras cosas, para “restituir” su “honor” y la “paz ciudadana” que, en su opinión, se alcanzará “en breve”, según explicó en un comunicado de prensa.
Muguruza señala que “es obligado intentar aclarar a la ciudadanía las razones que me han empujado a tomar la difícil decisión de desobedecer el acuerdo tomado por el Comité Local del PRC, en relación a los pactos de Gobierno Local en Castro Urdiales”. El alcalde asegura que lo que ha hecho ha sido “votar por la candidatura del PRC”, la que ha “jurado defender en todo momento”. “Como fase previa al proceso electoral, la Asamblea Local de mi partido tuvo que votar un nuevo Comité, eligiendo entre dos posibles equipos claramente enfrentados sobre la clase de responsabilidad que pudiera corresponderme sobre el grado de crispación ciudadana, que se venía sufriendo a lo largo de los últimos años en nuestra ciudad.
En dicha Asamblea, se asumió mayoritariamente que las circunstancias habían sido complejas y que se respaldaba mi gestión al frente del PRC para una nueva legislatura, por lo que se nombró un Comité próximo, creía yo, a mis tesis y a mi persona”, añade, recordando que “al igual que en otras importantes ciudades cántabras, el resultado electoral supuso un importante revés a la lista regionalista, condicionado por diferentes causas específicas de nuestra localidad, como podía ser la misma crispación ya comentada, la escasa inversión realizada por nuestro Gobierno regional a lo largo de la legislatura, el incremento del censo con vecinos procedentes, en su mayoría, de la comunidad autónoma contigua; también por la división generada en nuestras filas tras la última Asamblea y por la contracampaña electoral realizada por el sector crítico.
En cualquier caso la orden asamblearia había sido clara: Fernando Muguruza encabezaba la lista electoral siendo el candidato a la Alcaldía por el PRC en Castro Urdiales. Tras el mal resultado electoral, asumí la responsabilidad de la derrota desconociendo parte de las circunstancias de dicho fracaso, ni que se había puesto mi cabeza a disposición del PSOE si esta circunstancia se daba, convirtiéndome en el chivo expiatorio del resultado electoral”.
Según Muguruza, la misma noche electoral se iniciaron los contactos entre el comité local del PRC y el PSOE, con la condición de que “no participara en ellos”. Comenzó así una “campaña de desprestigio personal que alcanzó su grado máximo” con un comunicado de varios afiliados solicitando su dimisión y pidiendo disculpas a la ciudadanía por las “graves afrentas” según ellos cometidas por Muguruza hacia diferentes colectivos. A la vez, según el alcalde, sus compañeros en la lista municipal “contribuyeron en círculos locales a extender injurias, alimentando el caldo de cultivo propicio a una especie de linchamiento moral”. “Continuaron las reuniones entre los diferentes partidos con mi exclusión, por decisión del propio comité regionalista y sin que durante tres semanas la dirección regional pareciera darse por enterada de unas circunstancias vejatorias hacia mi honor, abandonándome a mi suerte sin el más mínimo apoyo personal ni político”, agregó.
Finalmente, se cerró el pacto local con la inclusión de IU, dejando a Muguruza como “único descartado” y convirtiéndole de esa manera en “chivo expiatorio” o “moneda de cambio” del PRC hacia el PSOE. Toda esa sucesión de acontecimientos llevó finalmente al reelegido alcalde a plantearse la elección entre el “principio del deber” y la “defensa” de su dignidad, que resolvió desobedeciendo a su partido. Lamentó la “falta de apoyo de los comités regional y local” y, “en especial, el desapego” del secretario general del PRC, Miguel Angel Revilla, al que, según dijo, consideraba su “amigo”. “He defendido las siglas que él preside hasta la extenuación”, finalizó.
Extraído de: elalerta.com