La silla para minusválidos de la Piscina Municipal lleva meses sin funcionar. Así nos lo ha contado Mariví, una usuaria de la piscina que ve como cada visita junto a su marido a las instalaciones del Peru Zaballa se convierte en una odisea.
“Cada vez que vamos a la piscina hacen falta tres personas para subir y bajar a Lucio del agua. Es humillante tener que subirse encima de la silla y tener que hacer fuerza para que baje y poder sacar a mi marido del agua, y así todos los días”.
El concejal de Juventud y Deportes, Jose Mari Liendo, asegura que mandaron arreglar la silla hace meses (tal y como confirman los socorristas) y que recibieron la notificación de que ya había sido arreglada, pero lo cierto es que a día de hoy la silla sigue sin funcionar correctamente.
“Empezamos a ir a la piscina hace tres años y la silla ya funcionaba mal. Dejamos de ir y hace unos meses volvimos y nos encontramos con que la situación es la misma. Los socorristas nos dicen que no hay dinero para arreglar la silla y el Ayuntamiento no nos da otra solución”.
Después de recibir esta denuncia, MUCHOCASTRO se puso en contacto con el encargado del área, Jose Mari Liendo, quien se puso en contacto a su vez con la vecina implicada para conocer el caso de cerca. Tal y como nos ha contado Mariví, Liendo ha admitido que hasta principios de año no puede hacer nada, y que en Enero intentará dedicar una partida presupuestaria a reparar de nuevo la silla, algo que no ha convencido del todo a la usuaria: “Es una máquina viejísima, se volverá a romper en dos días. Hay otros sistemas más seguros que seguro que les salen más baratos”.
Pese a todo, Mariví asegura que dará un voto de confianza al concejal castreño y esperará a Enero, pero advierte: “rezo porque no le pase nada a mi marido, porque si ocurre un accidente antes de que el Ayuntamiento ponga alguna solución no sé cómo voy a reaccionar”.