Cantabria planteará mañana en la reunión del comité de desescalada nacional la inclusión en la fase 1 de cerca de una decena de actividades para que puedan desarrollarse a partir del próximo lunes, 11 de mayo, con todas las garantías de seguridad y de acuerdo con las particularidades de la Comunidad Autónoma.
Las propuestas hechas desde Cantabria responden al objetivo del Gobierno de impulsar en lo posible la reactivación de los diferentes sectores económicos de la región, con todas las salvaguardas y cautelas sanitarias necesarias.
En algunos casos no están contempladas expresamente en el plan de desescalada del Gobierno de España o bien están previstas en otras fases, pero Cantabria quiere adelantarlas por sus características diferenciales con respecto al resto de territorios, con el visto bueno la comisión que diseña el plan de desescalada autonómico, bajo la coordinación del profesor de la Universidad de Cantabria y responsable del Grupo de Investigación en Economía Pública y de la Salud, David Cantarero.
Algunos de estos planteamientos ya han sido defendidos por el presidente, Miguel Ángel Revilla, en las reuniones de la Conferencia de Presidentes, como el caso de los concesionarios de vehículos, cuya apertura se ve limitada en el plan nacional a tener unas dimensiones inferiores a 400 metros.
Con el mismo criterio, la Comunidad Autónoma también quiere propiciar que retomen la actividad los viveros de plantas, las oficinas y despachos profesionales y los talleres que realizan la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), cuyas dimensiones son habitualmente superiores a las que el Estado ha fijado como límite para la apertura, como medida para garantizar la seguridad viaria.
En todos los casos, estos servicios atenderían con un máximo de un cliente por empleado y con la incorporación de todas las medidas de seguridad pertinentes.
Cantabria pide también que se autorice la pesca en ríos y la pesca marítima de recreo, actividades inicialmente incluidas en la fase 2. Para la pesca en ríos, el ámbito de influencia sería el de la Comunidad Autónoma y se exigiría una distancia mínima entre personas de 5 metros, mientras que para la pesca marítima de recreo se establecería como límite el término municipal en el que resida el particular o, si este no tiene mar, el más próximo a su lugar de residencia.
En relación al deporte profesional y federado, se propone que los jugadores de bolos puedan practicar de forma individual junto con sus entrenadores en instalaciones al aire libre. Para ello, se delimitaría una distancia mínima de seguridad de 3 metros, se autorizaría a un único deportista y entrenador por espacio y se prohibiría usar las zonas comunes y vestuarios.
En medio ambiente, la comisión cántabra de desescalada plantea la posibilidad de que los puntos limpios puedan ser utilizados por cualquier ciudadano, no solo por los profesionales, que podría acceder a instalaciones que estén dentro del término municipal de residencia o en el adyacente. Cantabria cuenta con una red de 34 puntos limpios, lo que garantiza desplazamientos cortos a estos espacios prácticamente desde cualquier punto del territorio.