La histórica disputa que libran el Ayuntamiento de Muskiz y el de
Castro para aclarar los límites geográficos de sus municipios está cada
vez más cerca de solucionarse. De hecho, ambas corporaciones ya han
designado a sus comisiones para sentarse a dialogar. El pleno municipal
que celebró ayer la localidad minera aprobó por unanimidad que sean
seis sus representantes en la mesa de negociaciones: el alcalde,
Gualber Atxurra, y tres concejales de la oposición, así como un
secretario y un perito.
Ambos municipios mantienen discrepancias sobre los límites de sus
fronteras en la zona de Ontón. «Las diferencias se remontan al año
1889», explica Atxurra. Y es que después de la segunda guerra carlista
se destruyeron los mojones que delimitaban ambos territorios con el fin
de construir trincheras. Desde entonces, las posturas de las dos
corporaciones se han revelado inamovibles. «Nos acusan de invadir su
territorio, pero lo cierto es que son ellos los que se quieren apropiar
de un terreno que no les pertenece», sostiene el regidor. La superficie
objeto de la polémica afecta a entre 200 y 400 hectáreas.
El
Ayuntamiento de Castro ya dio luz verde el pasado mes de mayo a la
composición de la junta que acudirá a las reuniones. Así, una vez
formalizados ambos comités, el inicio de las conversaciones es cuestión
de meses. En total, 24 personas tomarán parte en las negociaciones, en
las que también estarán representados tanto el Gobierno cántabro como
el Ejecutivo de Vitoria. Será el primer encuentro en treinta años que
celebren ambas corporaciones con el fin de zanjar el conflicto. «Desde
la década de los 70, no se ha oficializado ninguna reunión», subraya
Atxurra. Es más, la Corporación castreña estudió incluso la posibilidad
de que la disputa se dirimiera en los tribunales.
Con el
objeto de que prevalezca su tesis, el Consistorio minero encargó en
julio a la Diputación la redacción de un estudio sobre la superficie de
la controversia. Y el departamento foral de Urbanismo se embarcó en la
misión de encontrar las escrituras que demuestren que el polémico
terreno pertenece a Muskiz. «En la reunión, sólo presentaremos los
informes que podamos acreditar fehacientemente», apostilla el alcalde.
Extraído de: elcorreodigital.com