jueves. 26.12.2024

Los vecinos del Barrio de Los Marineros, del Pedregal y de la Atalaya en Castro Urdiales tenemos que aguantar todo el año el infierno del botellón. Cuando llega el verano o alguna fiesta en particular aumenta el número de chavales que practica tan peculiar deporte.

El botellón trae consigo el consumo de diferentes tipos de drogas que se meten sin cortarse un pelo y delante de todo el mundo. Luego, como es natural, nos rompen los coches, el mobiliario urbano... sin contar que no hay quien duerma y en estas zonas viven niños, gente mayor y personas que trabajan al día siguiente.


El Pedregal, una zona preciosa de baño y muy frecuentada por turistas, está lleno de cristales, latas y porquería. El Barrio de Los Marineros, al estar rodeado de casas, se usa como escondrijo para consumir drogas con toda la libertad del mundo, y hablo de niños de quince, dieciséis y diecisiete años cuyos padres no tendrán ni idea de lo que hacen. En La Atalaya no hay coche que no haya sufrido roturas de cristales pero, claro, como no hay crisis y a los vecinos nos sobra el dinero, lo tenemos que pagar de nuestro bolsillo.

Yo me pregunto, ¿qué pasaría si todo eso ocurriera en la Plaza Argenta? Como ahí vive el señor alcalde, Fernando Muguruza, y varios concejales, seguramente no lo permitirían.

Pues bien, yo también tengo derecho a que no me rompan el coche y no tengo por qué explicar a mi hijo pequeño que la mierda que se meten por la nariz es droga. Estamos consintiendo que nuestros hijos sean alcohólicos, drogadictos y vándalos.

Señor alcalde, deje de insultar al juez Acayro en los medios de comunicación y atienda los problemas de sus ciudadanos. Abra los ojos y observe la problemática del botellón. ¡Ya está bien!

Quejas de los vecinos próximos a las zonas de botellón en Castro Urdiales