Mucho han cambiado las cosas desde los orígenes de las traineras. Entonces el patrón era, generalmente, propietario de la embarcación así como de los remos, redes y enseres de todo tipo necesarios para la pesca. Reclutaba la tripulación con contrato verbal que terminaba por voluntad de cualquiera de las partes. La retribución en las embarcaciones de remo consistía en el reparto proporcional del producto de la pesca y no en un sueldo fijo. Del total obtenido por la venta del pescado se liquidaban los gastos producidos por la adquisición de cebo, víveres y provisiones de todo tipo. Seguidamente, se detraería una parte para el mantenimiento de la red y el barco, del resto se hacían tantas partes como tripulantes.
En la actualidad el patrón es quien gobierna el barco en competición y les hay, como en el caso de Iker Gimeno de Castro Urdiales, que su vinculación al mundo del remo no es una circunstancia ajena a una tradición familiar. Su abuelo 'Charlo' ya fue patrón de la trainera castreña, al igual que su primo Santiago López García de Vicuña.
La trainera, un 'miura'
Iker Gimeno lleva once años ligado al remo y comenzó a los 17, dejando a un lado el kárate que era su afición de entonces. «Me invitaron a entrar en el mundo del remo y lo hice muy ilusionado. Por mis características físicas tenía que ser patrón o patrón, así comencé. Luego se metió el gusanillo cuando estas en el muelle viendo a los remeros y aquí sigo».
Con 57 kilos de peso parece complicado manejar un barco que al completo se acerca a la tonelada de peso. «Bueno es cierto que parece un contrasentido, pero es así. Peso 57 kilos, el mínimo exigido es de 55. De todas las formas hay que tener fuerza, meto horas en el gimnasio. Pero también es curioso que se pueda manejar un barco que vacío peso 200 kilos y al completo con remeros y todos los enseres llega a los 1.100. Es un 'miura' con el que hay que tener mucha picardía para coger bien las olas y evitar las guiñadas. Son unas sensaciones difíciles de explicar, pero al final lo que vale es el trabajo completo entre los remeros y el patrón».
En una entidad puntera siempre se tienen buenos recuerdos, después de once años Gimeno no olvida algunas citas de las que ha sido protagonista. «Tengo muy buenos recuerdos de todas las banderas, también de cuando estuve en Pedreña, así mismo de los campeonatos de España de este año de bateles y trainerillas. No puedo olvidar el título de liga del año pasado en el que ascendimos a la ARC 1, fue muy especial éramos todos los remeros de casa. Y como último tengo que citar el récord que conseguimos el domingo en Zarautz, me hizo mucha ilusión. Espero que dure cuando menos 34 años».
En el mundo traineril hablar de La Concha son palabras mayores, para un patrón el máximo, este año esta alternado en la popa de 'La Marinera' con Juan Mari Lujambio, un patrón con mucha experiencia. «Lujambio es un patrón de categoría, ha ganado La Concha en cinco ocasiones, tiene mucha experiencia y eso hay que valorarlo. Cuando me ponen en el barco trato de dar el máximo, ese es mi secreto, me entrego sin reservas. Estoy a las órdenes del entrenador, pero tengo que reconocer que para mi sería un honor, poder competir en la clasificatoria un orgullo. Si me dan la posibilidad de embarcarme alguno de los dos días de la bandera lo consideraría un regalo del cielo».
Iker Gimeno conoce perfectamente los secretos de dominar un barco de 12 metros de eslora y que su peso supera al suyo en casi 20 veces. Como el castreño indica hay que tener un poco de habilidad, picardía, conocimientos y fuerza.
Extraído de: eldiariomontanes.es